Tras una larga experiencia sobre el terreno de trabajo y relación con el mundo y el colectivo cada vez más grande de inmigrantes junto con una ansiada búsqueda experiencial desde la raíz del mismo fenómeno, en este caso en Gandiol, un pueblecito perteneciente a Senegal, se me da la oportunidad de realizar un voluntariado en una Asociación llamada Hahatay puesta en marcha hace cinco años por un migrante, Mamadou Dia que vivió el largo y duro camino hacia el “sueño europeo” hace ya bastantes años con la fortuna de que le fuese bien su situación de vida y decidió que lo que realmente debía realizar es el desarrollo desde su pueblo y convencer a los jóvenes de Gandiol de que tenían que arrimar el hombro para tal fin.
A raíz de una charla que dio a nuestra clase, 1º de Educación Social en la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de Ceuta contando su experiencia, el relato de su libro 3052 y su cambio de dirección de objetivos, despertó en mí un sentimiento, una llamada que hizo que me planteara la situación que ahora mismo estoy viviendo.

Llegué el día 7 de Noviembre con una ligera y humilde idea de lo que me encontraría, pero al aterrizar en Dakar, capital de Senegal mi cabeza comenzó a interiorizar un sin fin de sensaciones y momentos que hasta ahora, día 10 de Noviembre sigue creciendo. Las calles, carreteras, bullicio por doquier, gente buscándose la vida, edificios y fachadas deterioradas, etc. me hacían presagiar situaciones esperadas, exaltando que a pesar de todo lo descrito, a pesar de esa forma de vida que cualquier occidental vería como pobreza, quedaba en un segundo plano eclipsado por sonrisas, humildad y hospitalidad.
Casualmente llegué justo en la víspera de una fiesta nacional islámica que paralizaba prácticamente el país y que hizo que mi traslado hasta el lugar de llegada, donde se encontraba la Asociación y lugar donde me quedaría a vivir en mi intensa estancia se alargara durante 6 horas.

Una vez llegado el recibimiento fue de lo mejor que podría esperar. Un acogimiento que me hacían sentir desde el principio como uno más, a todos los niveles, como por ejemplo en la casa, que es una ida y venida de gente de diferentes puntos del mundo y en la que ahora mismo se encuentra un grupo de siete u ocho personas de diferentes lugares de España aportando para un proyecto de inversión de compra de pollos para generar así alimentos proteicos de forma permanente, a la hora de la comida que se realiza en comunidad vecinal sobre unas esterillas y manteles en la arena infinita que asfalta todo lo conocido hasta ahora; otra, las madres de la comunidad, pilar fundamental para el desarrollo y vida de la misma e interesadas en aprender español y en la que estamos viendo como darle forma para su enseñanza y, como no, la llegada a Aminata, Case de tous petits de Pilote Barre (aula de preescolar de Pilote Barre) situada en el terreno de Hahatay donde realizaré un grueso de mi voluntariado.

Es un centro puesto en marcha por Hahatay que ha permitido colaborar con el Gobierno y con la profesora puesto que no tenían infraestructura decente para su funcionamiento con un total de 45 niños y niñas entre 2 años y medio y 6 equivalente a lo que sería infantil, llamándome bastante la atención de que no es dependiente del Ministerio de Educación sino del Ministerio de la Mujer. Se llaman Escuela Maternal de Pilot Barre y en la que personalmente colaboro de apoyo a la Maestra, Endeye Fatou; añadir también el gran interés del alumnado del instituto local, o como aquí llaman Liceo, en la que empezaré a impartir clases de español a 2 niveles diferentes habiéndose podido incrementar si no fuese por la ineptitud de la organización de la dirección del mismo.
Por todo ello y a modo de conclusión en este poco espacio de tiempo podría afirmar de forma clara y segura que el impacto estético con el que me he encontrado no se alejaba mucho de la idea, del relato que tenía en mente, señalando que lo que si me ha impactado para bien es la capacidad de aprendizaje que existe en la comunidad, al menos de Gandiol y en el contexto en el que me estoy desenvolviendo y, que la riqueza que reina en el mundo capitalista-occidental-central y en nuestro ideario, para nada se asemeja a la felicidad con la que viven la vida en Gandiol (aunque el neocolonialismo capitalista esté presente y haga mellas como en cualquier otro lugar del mundo donde haya pisado) pero sobretodo, por encima de todo y pudiéndose extrapolar hacia cualquier contexto del mundo, es que las ganas y actitud de una persona junto con el efecto multiplicador de querer cambiar un micromundo haciéndole frente al perverso capitalismo, puede salir victorioso.

Finalizo con una frase que se escucha reiteradamente entre nuestra comunidad que tiene que servir para todas y todos los que estamos embarcados en la tarea de transformación social global; sé el cambio que quieres ver y con una que al menos a mi me marcó tras ver la película ayer noche “Capitán Fantastic” que decía: te definen tus acciones, no tus palabras.
Continuamos.