Una vez transcurrido un tiempo, aunque considerable para poder hacer un balance más o menos crítico y menos subjetivo, podría decir que sin menospreciar ni discriminar lo expuesto con anterioridad en el escrito del inicio del voluntariado, que mi estancia está continuando con mucha más fluidez en cuanto a mis quehaceres se refiere como a continuación se refleja:
- En las clases de apoyo a los más pequeños en la Ecole Maternelle de Pilot Barre junto a la maestra Ndye Fatoum existe mucha más cercanía y complicidad, más soltura a la hora de las interrelaciones y lo más importante, los niños están más abiertos, respetuosos y disponibles a mis propuestas a pesar de la dificultad encontrada en la barrera de la comunicación. Para ello tengo que destacar que tuve un apoyo de una voluntaria que hacía de traductora-mediadora con la maestra citada anteriormente al francés y destacando que, al ser tan pequeños, no dominan ni siquiera dicho idioma y su comunicación se realiza en el dialecto aquí hablado, wolof, el cual es el que estoy aprendiendo para una mayor y mejor comunicación.
- En cuanto a las clases del español tanto en el Liceo, equivalente a lo que sería el Instituto, destacar que estas dos primeras semanas han sido bastante fructuosas, sin haber tenido el volumen esperado primeramente de unos cincuenta alumnos, pero con un grupo de alrededor de quince alumn@s siendo esto una ventaja tanto para ellos como para mí, a sabiendas de las ventajas de trabajar con grupos más pequeños. Esto, junto con la característica de ansias de aprendizaje del idioma y de todo lo que se plantee de los mismos hace que la motivación se agrande.
- Las clases a los chicos voluntarios de la asociación en la casa en la que me alojo fue también imprevisible en cuanto a todo lo que se esperaba. Por diversos motivos, ya que ninguno de los previstos asistieron a la clase pero, sin embargo, un muchacho cercano a la asociación pero que no está presente por tener que colaborar en el negocio familiar, la muchacha que trabaja en los quehaceres de la casa y un joven del liceo, aparecieron haciendo una clase bastante amena y productiva. Mi gran asombro fue el viernes por la mañana en el colegio con los niños donde aparecieron tres jóvenes más preguntando si podrían asistir a las clases de la casa, que tenían un gran interés en aprender español, por lo que incrementamos las clases a dos días a la semana concretando los lunes y miércoles por la tarde.
A nivel general también tengo que destacar y no habiéndolo hecho con anterioridad, es el aspecto de pobreza que azota a Senegal y en concreto, a Gandiol donde me encuentro.
Por un lado y a pesar de la felicidad - asimilación con la que transcurre el día a día también se transmite escasez a todos los niveles como por ejemplo en infraestructuras, saneamientos, atención sanitaria, abandono de niños y niñas, en definitiva, brecha de desigualdad latente.
Por otro lado y bastante preocupante es la cantidad de basura y suciedad en la que está sumergida todo lo visto hasta ahora. No existe ni inversión ni concienciación en la recogida de basura ,haciendo de una mayor parte del paisaje , una imagen deplorable . Es cierto, que en la zona donde me encuentro está en buenas condiciones, tras haberse desarrollado un trabajo progresivo, largo en el tiempo y de concienciación sobre este tema. Queda mucho, muchísimo por hacer en este aspecto.
Un último tema a tratar que he vivido recientemente junto a voluntariado de diversos ámbitos, fue el de asistir junto con un grupo de la Asociación “Keur Talibé” que realiza campañas de rehabilitación de instalaciones, entrega de ayuda humanitaria, atención y curas de heridas o enfermedades de la piel y supervisión de niños en la calle y sensibilización de la población para tal fin, y asistimos a dos de esas comunidades islámicas llamadas daaras con cerca de cuarenta niños, en la ciudad de Saint Louis.
Fue bastante impactante, niños acumulados en un zulo en medio de un callejón donde viven y conviven sin ninguna otra aspiración que la de mendigar y lanzarse a la suerte de no coger ninguna enfermedad, quien sabe si mortal; de hecho la asistencia que hicimos aparte de la ayuda humanitaria fue la de ducharlos y hacerles curas, cosa que ninguna otra vez había hecho, pero que realicé con sangre fría y gran satisfacción.
Así que, a modo de conclusión la aventura continua siendo bastante positiva pero siendo consciente que hay que seguir remando a contracorriente y llevar dentro de sí esa frase tan difícil de portar en estos tiempos que corren y que a mí, tanto me ayuda del “Che Guevara”: “Sean siempre capaces de sentir, en lo más profundo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier lugar. Es la cualidad más linda de un revolucionario”.
Continuamos