¿Ya han pasado dos meses?

Vuelta a España, vuelta a casa, pero con la mochila cargada de experiencias y aprendizajes. Me llevo muchas imágenes en la retina, muchas sonrisas y momentos especiales. Aquel día de cine con la comunidad, la primera clase de apoyo escolar, la celebración del aniversario del incendio con la comunidad, mi primera consulta en la asesoría ¡y hasta un teatro con sombras chinescas! Ahora toca que nuestras compañeras sigan informándonos, y que poco a poco vayan introduciéndose personas de la Universidad que continúen el proyecto.
Ahora es cuando llegan a mi memoria las tardes de debates con mis compañeras durante las primeras semanas acerca de la Cooperación al desarrollo internacional. Es difícil no observar desde una perspectiva occidental, no intentar solucionar cada problema desde nuestro prisma cultural, no caer en el asistencialismo, garantizar la sostenibilidad junto con la gente local… Nos cuestionábamos nuestra función una y otra vez, y ahora me doy cuenta que lo más importante es todo lo que hemos aprendido, que ha sido más de lo que hayamos podido aportar, seguro.

Me voy con la firme idea de que la diversidad cultural nos enriquece de forma inimaginable, de que no hay que invisibilizar a toda esa gente local que lucha cada día por mejorar su situación, de que los lazos que se crean, si no son horizontales, no soy lazos. Y de que es difícil reunir todo lo que he aprendido y todo el agradecimiento que me llevo.
Me voy con la ilusión de volver a volver.
