Recuerdo que durante el curso de preparación nos planteamos la pregunta de si era más conveniente prepararse ante la cultura del país donde ibas a viajar, su religión, costumbres, historia… o si era mejor tirarse al vacío. Yo intenté leer cosas de Perú antes del viaje, pero ¿la verdad? no dejo de sorprenderme.
Estas primeras semanas están transcurriendo con caos: cambio de proyecto, cambio de comunidad indígena con la que íbamos a colaborar. La idea inicial era trabajar en la ciudad de Satipo, ahora estamos en Lima. Hemos tenido la primera toma de contacto con la cultura amazónica, con la cosmovisión indígena y con la comunidad con la que trabajaremos. Es hora de reestructurarnos y comenzar de cero, apreciar la oportunidad de comenzar algo nuevo y olvidar la idea preestablecida que llevábamos.
Las clases en la Pontificia Universidad Católica de Lima (PUCP) nos están aportando mucho. El sistema educativo es completamente diferente y, ¡qué pena que nos sorprenda!, pero se respira ilusión por aprender en las aulas. Hay motivación, respeto por el resto del alumnado, las clases son muy prácticas y fomentan el pensamiento crítico y el debate. Los y las profesoras, al menos con los que hemos tenido la suerte de toparnos, se encuentran altamente motivados. Y por supuesto, que no falten los jueves culturales en la Universidad: un espacio donde se realizan actividades de diversa índole: teatros, conciertos, exposiciones fotográficas, cineforum, etc.
Y mientras tanto, nos queda tiempo para seguir descubriendo la ciudad de Lima. Sus calles, sus mercados y, sobre todo, su gente.