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NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DE BOGOTÁ POR LA CIUDAD QUE SUEÑAN


NNATS

La Fundación Creciendo Unidos (FCU) es una organización social sin ánimo de lucro, que comenzó su actividad en Bogotá en 1986 gracias al psicopedagogo chileno Hugo Fernández, exiliado durante la dictadura de Pinochet.


Desde el enfoque diferencial y de derechos, implementa propuestas de formación con metodologías alternativas, que buscan promover la participación protagónica de niñas, niños y adolescentes (de ahora en adelante NNAS o NNATS si son trabajadores) en algunos territorios del departamento de Norte de Santander, Risaralda y de cuatro localidades de Bogotá, como lo son Ciudad Bolívar, Usme, San Cristóbal y Suba.

Las estrategias de formación implementadas también buscan que los NNAS cuenten con herramientas para la exigibilidad de sus derechos, y para la realización de ejercicios de veeduría ciudadana al cumplimiento de los mismos; todo lo anterior con miras a posicionar una Nueva Cultura de Infancia.

Este nuevo paradigma supone la transformación de imaginarios y representaciones sociales de las infancias en las que los niños, niñas y adolescentes son considerados objeto de protección, y por ende, se presume que son propiedad privada de sus familias, educadores o de algún adulto “responsable”, que no tienen la capacidad de participar en la toma de decisiones que los afecta o sencillamente que su papel es jugar y hacerle caso en todo a los mayores; siendo estas percepciones causantes de muchas violaciones de sus derechos.

La Nueva Cultura de Infancia implica que los garantes de derechos, es decir los adultos, comprendamos que proteger a los niños, niñas y adolescentes no es sinónimo de someterlos, sino que este verbo representa acompañamiento, escucha, atención, cuidado, amor y construcción con ellos y ellas. Es ver a los NNAS como actores sociales que desempeñan un rol fundamental en el desarrollo social, político, cultural y económico.


Durante mi actividad de voluntariado en los distintos sectores de Bogotá, los NNAS construyeron la Agenda Territorial de Infancia por la ciudad que los NNAS sueñan. Se trata de una herramienta innovadora que a través de una metodología participativa y dentro del paradigma del protagonismo infantil promueve el empoderamiento y la visibilización de los niños, niñas y adolescentes en una sociedad adultocéntrica como es la nuestra.

Una iniciativa construida por los propios NNAS que busca promover soluciones a las problemáticas que les afectan en sus comunidades, para así alcanzar la ciudad que sueñan, y para lo que requieren del respaldo y acompañamiento de sus familias, la comunidad y el Estado (sujetos garantes de derechos).

En palabras literales de los propios NNAS, sueñan con una ciudad:

“Que garantice la educación” “Que garantice espacios de recreación buenos” “Que exista más seguridad” “Con muchos parques” “Con muchas flores” “Con espacios para patinetes, micro y bicicross” “Con buenas calles” “Con buenos colegios, buenos pupitres, buenos computadores…” “Que garantice la salud y buenos medicamentos, no solo acetaminofén” “Que nos permita viajar más y sin miedo”


“La unión hace la fuerza, entre todas lo podemos lograr”

Las distintas agendas territoriales fueron construidas por 210 niños, niñas y adolescentes (74 niños y 136 niñas) entre los 8 y 17 años siguiendo una serie de pasos:

  1. Comenzaron construyeron un diagnóstico participativo sobre las problemáticas existentes en cada uno de los territorios. Estas problemáticas resultaron ser el abandono y la violencia intrafamiliar, la falta de ofertas artísticas y recreativas, el involucramiento de los NNAS en prácticas de consumo y robos, la inseguridad ciudadana, y la persecución policial del trabajo infantil.

  2. Tras esto, en cada uno de los territorios priorizaron la problemática que más les afecta para así analizarla en profundidad.

  3. A esta problemática le hicieron un análisis de causas y consecuencias

  4. A continuación, elaboraron una serie de propuestas de solución.

  5. Identificaron a los garantes (familia, comunidad y Estado) que pretendían involucrar para la superación de problemáticas.

  6. Por último, al momento de mi partida, se encontraban elaborando un plan de acción a corto mediano y largo plazo.


Llegados a este punto, creo importante conocer la sociedad en la que viven los NNAS de Bogotá. Nos encontramos con un alto porcentaje de trabajo infantil, impensable desde una mirada eurocéntrica pero totalmente contextualizado en una sociedad como la colombiana, donde la historia reciente (guerrilla, corrupción, narcotráfico) y no tan reciente (colonialismo, esclavismo, explotación de recursos) han dejado una profunda marca en la política, la economía y la realidad sociocultural del país, así como en la psique de sus ciudadanos y ciudadanas. Una ciudad de familias desplazadas, no solo a causa de la guerrilla sino por el movimiento constante de un lado a otro de la ciudad en la frenética búsqueda de mejores “oportunidades” (ligadas siempre a empleos precarios y/o en negro), una cultura fuertemente machista donde las unidades familiares en su mayoría están compuestas por la madre cabeza de familia y sus hijos e hijas, un sistema educativo deficiente que reniega y no ofrece alternativas a aquellos estudiantes que no “se adaptan” al sistema impuesto, un fuerte consumo de drogas, una multitud de habitantes de calle y un gran número de robos como consecuencia y alternativa a un sistema injusto y precario. En este contexto, las jornadas laborales se eternizan, quedando los niños y niñas solos gran parte del tiempo, e incluso obligando a éstos y éstas a colaborar en el sustento familiar con alguna forma de empleo.


Es por esto que los NNATS luchan para asegurar que el trabajo de los niños y niñas sea:

-Llevado a cabo con dignidad y en buenas condiciones.

-Cuando se reconoce como derecho y no impuesto como un deber.

-Es respetado y protegido por las leyes nacionales.

Atendiendo a esta realidad, la labor que la Fundación Creciendo Unidos realiza es imprescindible. Sus actividades van siempre encaminadas a mantener al NNAS en el sistema educativo a través del refuerzo escolar y el apoyo psicosocial, a la capacitación a través de sus talleres (ebanistería, panadería), a promover un ocio sano, a la concientización de los propios NNAS de cuál es su realidad, al empoderamiento de éstos y éstas a través del conocimiento de sus derechos, a despertar su voz en la exigibilidad de los mismos.

¿El horizonte? Niños y niñas con derecho a seguir siéndolo, niños y niñas que sean respetados y tenidos en cuenta, un Estado no viciado que les ofrezca alternativas dignas.

NNAS Caracolí (Bogotá)

Atendiendo a los logros alcanzados, especial mención merece la gran movilización que los propios niños, niñas y adolescentes trabajadores bolivianos lograron promover desde los inicios de la discusión del texto constitucional, pasando por su redacción final hasta su posterior aprobación y celebración. La revisión y nueva redacción del artículo 61 con respecto a la incorporación de la prohibición del trabajo forzoso, la explotación infantil y el reconocimiento del trabajo digno como parte de la cultura indígena y familiar. Este reconocimiento es el resultado de años de lucha del movimiento de NNATS en su conjunto desde cada grupo de base, en las innumerables movilizaciones, debates, artículos, pronunciamientos y voces que como niños y adolescentes trabajadores organizados han promovido.

El movimiento NNATS no es algo nuevo, sino que se originó en Perú en los años 50’ y que se fue extendiendo por toda Latinoamérica hasta crearse MOLACNATS (Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores). Lo que sí es relativamente reciente es el surgimiento del movimiento en Europa, EUROPANATS, con el objetivo de crear una red de solidaridad entre los países del norte y del sur, abrir espacios a los NNAS del mundo de forma que tengan mayor capacidad de incidencia en la toma de decisiones sobre sus derechos (pues las normativas internacionales a este respecto suelen llevarse a cabo en y desde Europa), así como para entender otras formas de infancia no eurocéntricas y retomar el paradigma del protagonismo infantil recogido en la Convención de los Derechos del Niño en el año 1989 y que quedó sobre el papel.


En cuanto a la experiencia, absolutamente recomendable. Los aprendizajes adquiridos son muchos y muy ricos, tanto a nivel personal como profesional: conocer y comprender otras formas de vida, de relacionarse, otros tiempos, una historia distinta a la que nos contaron. Supone una salida drástica de la zona de confort, vivir y gestionar el desapego, enriquecerse de la compañía y la perspectiva de otras personas. Como trabajadora social, el desarrollo ha sido muy positivo al permitirme conocer desde adentro el funcionamiento de una organización con fines sociales, profundizar en el paradigma del protagonismo infantil, adquirir herramientas específicas, como la Agenda Territorial entre otras, e impregnarme día a día de esa aura desestructurada que emanan estos “locos bajitos”.

No obstante, no todo es color de rosa. Existen momentos de frustración y de impotencia, sobre todo en el primer encuentro con una realidad muy alejada de la utopía; pero ahí radica la capacidad de crecimiento y transformación, en rescatar lo positivo y el aprendizaje que hay detrás de cada paso que damos.


Enlaces de interés:

https://www.fundacioncreciendounidos.org/

https://es-la.facebook.com/fundacion.creciendounidos/

http://molacnats.org/


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