Nuestra experiencia en Perú ha sido una de las experiencias más intensas que he vivido en estos 29 años que llevo en el planeta. Intensa en todos los sentidos, espiral de sentimientos y reflexiones ante el contraste cultural, histórico, político, social y de estilos de vida, que tanto difieren de nuestra realidad occidental. Si te va la marcha, te gusta el impacto y quieres salir de tu zona de confort, este es tu proyecto. Tuve la suerte de compartir este proyecto con Marta Castillo, entre las dos, hicimos la mejor de las sinergias.
Nuestra labor estaría enmarcada en un proyecto de docencia en educación financiera para motivar el emprendimiento de los jóvenes, seríamos profesoras de segundo, tercero y cuarto de secundaria en un total de cuatro colegios, por un lado de la región de Ica: Chincha, Pisco e Ica capital y del distrito de Lima, en Cañete. Desde segundo de la educación secundaria, los y las adolescentes de los colegios de Coprodeli comienzan a interiorizar una cultura de ahorro y de emprendimiento que les permitirá en un futuro la obtención de utilidades. En segundo de secundaria formarían sus primeros ''banquitos'' o Comunidades de Ahorro y Crédito, para ahorrar mensualmente con la compra de acciones a precios asequibles y ofrecer préstamos a las familias que desearan emprender un pequeño negocio. Por su lado, nuestra labor en tercero y cuarto sería la de conseguir que el alumnado creara su pequeña empresa, produciendo bienes a su alcance que pudieran vender a un precio asequible y con ello potenciar el ahorro a medio y largo plazo.
La experiencia con los adolescentes ha sido pura efervescencia, a veces duro pero muy satisfactorio, estimulante y gratificante, pues en este proyecto puedes observar el resultado cuando te marchas. Los alumnos y alumnas nos han mostrado su enorme agradecimiento y cariño por las enseñanzas y el cambio hacia una mentalidad más abierta, verificado en las encuestas que realizamos. La emoción de sentir que hemos dejado una huella palpable y real, nos ha reportado optimismo, gratitud y la sensación de que los cambios son posibles.
La vida en esta región es bien humilde, regiones marginadas y con escasos recursos, en casi todas las zonas el terremoto de 2007 afectó considerablemente. Los colegios a donde dábamos clase están situados en zonas periféricas, donde más necesitan la cooperación y ese soplo de aire fresco y distinto que no reciben, pues como bien comento, están aislados, excluidos y bastante olvidados.
Hemos sentido realmente que lo que hemos realizado es cooperación; salir de las comodidades, recibir el impacto, fomentar la educación para el desarrollo y ver la realidad del Perú, pues Perú no es únicamente el país turístico que vemos en fotos, como Machupichu, es más bien un país de políticos corruptos que no atiende a las necesidades de la población, un país que necesita ayuda, un país con un Estado atrofiado casi inexistente, un país que te necesita.
Agradecer al Cicode y a la fundación Coprodeli por esta oportunidad brindada. Ha sido un placer trabajar con ambas instituciones, ya estamos pensando en el próximo destino.