Cheque Shalom es un expresión muy utilizado en Honduras. “Cheque” es una palabra hondureña muy comúnmente dicha entre sus habitantes, lo que significa “OK” o “estar bien”, y por otro lado, “Shalom” es una palabra hebrea que toma el significado de “paz”. Por lo tanto, la unión de estas palabra viene a significar “estar en paz con una/o misma/o”, lo cual resume a la perfección mi experiencia en Honduras.

Esta experiencia tomó rumbo el día 24 de julio de 2018 aproximadamente a las doce de la mañana cuando despegó el avión. Un conjunto de sensaciones rondaban en mi cuerpo, imposible de describir con palabras. Después de más de 16 horas de viaje aterrizamos en Tegucigalpa (Honduras) sobre las nueve de la noche. Aún no sabía muy bien dónde estaba ni qué iba hacer, pero mi atención estaba completamente concentrada en no perder ni un solo detalle de lo que mis ojos estaban viendo; casas, coches, comidas, carreteras…todo era diferente a lo que acostumbraba a ver.
A la mañana siguiente ya comenzamos a aprender y a compartir con las/os profesionales que coordinan el maravilloso proyecto Sinergias al que íbamos a colaborar en el espacio psicopedagógico de la escuela de Santa Clara de Asís. Este proyecto persigue la independencia y autonomía de aquellas personas con diversidad funcional y otras necesidades, a través de la estimulación cognitiva, motora, la atención social, educativa y emocional. El cual fue impulsado por Eloísa Muela, colaboradora de ACOES (Asociación Colaboración y Esfuerzo), cuya asociación lleva 25 años trabajando por una mayor inclusión de todas las personas hondureñas, y que fue la encargada de mi acogida y estancia en dicho país.
Los días pasaban demasiado rápido, numerosas actividades y realidades que me iban enriqueciendo como persona. Pues esto es lo que más caracteriza mi experiencia, un baño de lecciones de personas que luchan cada día por vivir, que disfrutan del presente y afrontan cada adversidad con una sonrisa. Y es que Honduras es uno de los países más violentos del mundo, en el que la corrupción abunda en su sistema político y las calles son frecuentadas por “pandillas”, más conocidas como “maras”, quiénes tienen el control de todo. Pese a ello, esta tierra rica en su gastronomía, cultura, costumbres y paisajes consigue que no quieras irte de ella jamás. Aquí he de destacar mi paso por Texiguat (El Paraíso, Honduras), un pueblo que me mostró la belleza más pura y una gran diversidad de curiosas leyendas, y en el que, junto a otras personas desarrollamos diferentes actividades para la concienciación medioambiental y la igualdad de género.

Finalmente, emprendimos mi compañera y yo un proyecto fusionando el arte y el yoga, con la finalidad de transmitirles a las/os niñas/os de los espacios psicopedagógicos los beneficios del yoga y la magia del arte, motivándoles a soñar y perseguir sus sueños, fomentando la creatividad y la gestión de las emociones.
Y es que esta tierra posee una energía especial que entre tanta “violencia” causa en ti la interiorización de la paz más absoluta.
