Han sido seis semanas muy intensas, semanas llenas de aprendizajes que te enriquecen la vida.

Sólo tengo palabras de agradecimiento por haber tenido la oportunidad de vivir una experiencia de tal magnitud como la que he vivido en Colombia.
Llegué a Bogotá con unas ganas enormes de conocer el trabajo que realiza la Fundación Creciendo Unidos en sectores populares del sur de la ciudad. Su objetivo principal es buscar alternativas educativas y artísticas para la población infantil y juvenil trabajadora, para prevenir su explotación y promover el respeto y la garantía de sus derechos en el marco de la Convención Internacional de los Derechos de la Infancia.
Durante 6 semanas realicé mi voluntariado en la Casa Taller San Martín de Loba, donde se viene haciendo un trabajo integral de participación protagónica durante años. Los niños, niñas y adolescentes son sujetos sociales de derecho y actores de su propio desarrollo, por este motivo, se realizan diversos talleres, dinámicas y actividades artísticas como danza, manualidades y música con el fin de visibilizar sus capacidades y potencialidades.

Por otro lado, la Fundación forma en derechos desde procesos de participación y organización asamblearios con la construcción de una Agenda Territorial de Infancia. Los menores proponen soluciones a las distintas problemáticas que distinguen en su barrio, de este modo apuestan por una nueva cultura de infancia con el objetivo de mejorar la calidad de vida en la capital colombiana.

Esta experiencia ha sido única e inigualable, llena de vivencias que me han permitido aprender a través de la transformación y del movimiento. Lo podría describir como una aventura digna de vivir, de esas que marcan tu vida para siempre.
