Mi experiencia en el mundo de la cooperación empezó a través de mi compañera de piso con la que he tenido el gusto de vivir esta experiencia.
Una tarde, en casa, me comentó si conocía la beca del CICODE, después de estar tantos años en la universidad le dije que no tenía ni idea y comenzó a comentarme las dos modalidades que se ofertaban en la beca, las cuales me parecieron bastante interesantes. Comencé a nivel general a interesarme por el tema de la cooperación. De estas dos modalidades me llamó especialmente la atención en la cual tú, a través de una ONG, formas parte de un proyecto. Así que con miedo y poca esperanza de que me dieran la beca, pero con mucho entusiasmo, me puse manos a la obra, pensando que el papeleo iba a ser horrible, pero todo resultó ser más fácil de lo que pensaba y una gran sorpresa.
Nos pusimos manos a la obra. Conocimos una pequeña ONG en Granada llamada Setem, la cual tenía convenio con el CICODE, además de un proyecto bastante interesante con una ONG en Perú llamada CIRCA. Ésta organización tiene colegios por la periferia de Arequipa permitiendo a niños con bajos recursos estudiar, así como casas para niños y niñas que por ciertas circunstancias no pueden estar en sus casas. A estas casas se les llama SUMAQ WASI. Esta palabra quechua significa casa bonita y fue así nuestra casa bonita por 8 semanas ... .
Antes de embarcamos en este viaje participamos en jornadas que organizaba Setem, como mercados artesanales en los cuales se vendían productos elaborados por comunidades para la recaudación de fondos. También realizamos reuniones con otros voluntarios que nos contaban sus experiencias y trabajos realizados en la organización. El CICODE también realiza un curso obligatorio bastante interesante abordando temas importantes dentro del mundo de la cooperación que a mí me ayudaron bastante para entender ciertas cosas.
Una vez con nuestros vuelos comprados, pasó el verano y ese 17 de agosto comenzó la aventura. Nerviosas, y después de horas de escala estábamos en Perú, y en el aeropuerto estaba una mujer alegre y sonriente esperándonos: Guadalupe. Ésta mujer se encarga de 18 hermosas niñas adolescentes las cuales al llegar nos llenaron de besos y abrazos y nos hicieron sentirnos todo este tiempo como en nuestra casa.
Nuestra labor en la ONG era dar clases de inglés o apoyo escolar a diferentes grados en los colegios. Enseñamos lo mejor que pudimos en las asignaturas que era necesario, sin experiencia alguna y cada día aprendiendo un poco más. Empezamos a coger cariño a cada uno de esos niños que miraban con silencio y alboroto cada una de nuestras palabras. A veces nos volvían locas, pero otras veíamos como nuestro granito de arena daba algo de resultado.
Cada abrazo que te regalaban te alegraba el alma. Por las tardes ayudábamos a nuestras niñas en nuestra casita, así como íbamos a otras casas que tiene la ONG con niños y niñas de diferentes edades a ayudarlos en sus materias y pasar el rato con ellos charlando, abrazándolos, jugando ...
El día a día pasa y cada día es mas especial y, sin darte cuenta, el tiempo pasa bien rápido.
Conoces a personas que da igual en qué situación estén, siempre te sonríen y abrazan. Compartes diferentes aprendizajes, diferentes culturas, comidas, historias ... Y cuando llega la despedida no te quieres marchar. Son 8 semanas muy intensas en la que vives una experiencia que es difícil de explicar. Animo a que la viváis y sintáis esta oportunidad, ayudar, aprender y conocer es algo que te cambia y hace pensar, te inunda de felicidad y miles de sentimientos te afloran en el alma.
Vuestro granito de arena importa. No dejéis pasar esta oportunidad. No solo es ayudar, es algo más .