Parece que fue ayer cuando llegamos al aeropuerto de Dakar y nos montamos en un autobús, el cual nos iba a llevar al lugar donde pasaríamos la primera noche antes de partir hacia Missirah. Al día siguiente, un duro y largo viaje nos llevaría a nuestro destino. Durante el camino hacia Missirah pudimos observar que aquella aventura no iba a ser una más, y que África tiene algo especial que ninguna otra parte del mundo tiene. Nadie sabe el qué, pero tiene algo que la hace diferente.
Al llegar a Missirah exhaustos del viaje, vivimos algo que no se puede describir con palabras, fue algo tan sorprendente como impresionante. El pueblo entero de Missirah nos estaba esperando, gente por todos lados, cantando, bailando, tocando los timbales. Estábamos simplemente impactados de tal recibimiento. Los niños se peleaban por cogerte de la mano y acompañarte hasta la clínica de DSR. Los adultos te daban las gracias por haber llegado, “abaraka” te decían mientras sonreían y cantaban. La energía que trasmitía el pueblo era simplemente espectacular.
Después de aquel recibimiento y de instalarnos comenzamos con el trabajo. Nuestro trabajo se dividía en 2 partes. Por un lado la parte docente y por otro la parte clínica. La parte docente consistía en impartir clases a 3 alumnos que vinieron de la Universidad de Dakar. A estos alumnos les impartimos clases teóricas de 9:00h a 11:00h.
Después acudíamos a la clínica de 11 a 14:00 y de 16:00 a 20:00, a realizar diversos tratamientos en los pacientes. Había días mejores y otros peores. Momentos duros, y momentos en cuales nos veíamos sobrepasados por la cantidad de pacientes que acudían. Los pacientes acudían desde todos los pueblos de la región de Fatick, y algunos de ellos caminaban durante horas, para poder ser tratados en la clínica de DSR debido a la ausencia de dentistas en la región o al alto coste de los mismos.
Senegal podemos decir que no ha sido solo trabajo, si no que ha sido mucho más que eso. Empaparte de una cultura nueva para nosotros, aprender que las cosas pequeñas como por ejemplo una sonrisa son las importantes de la vida. Aprender a relativizar los problemas y sobre todo a ser resolutivos con lo que haya.
Al llegar a casa te das cuenta de que por mucho que hayas dado, Missirah te ha dado mucho más a ti de lo que tú has dado. Atrás dejamos a personas que se han convertido en parte de nuestra familia, y sin los cuales nada de esto hubiera sido igual. Queda mucho trabajo por hacer en esta región, y por supuesto que volveré para ayudar a continuar con la labor que DSR realiza en esta región.
“Es solo una gota en el mar. Pero con esa gota, el mar ya no será el mismo, ya tiene una gota más”.
Abaraka Missirah, Abaraka Senegal, Abaraka DSR, Abaraka Universidad de Granada.