Mi voluntariado en Honduras con ACOES
- Noelia Campaña Durán
- 20 sept 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 abr 2023
Cinco días antes de partir, nos avisaron desde el Ministerio de Asunto Exteriores de que por motivos de seguridad no era recomendable viajar, nos pusimos muy nerviosas pero aún asi, decidimos viajar. Es la tercera vez que hacía un voluntariado internacional y, sin ningun lugar a dudas, es la vez que más nerviosa estuve.
Aterrizamos y, aunque había policía armada en muchos lugares, todo empezó a tranquilizarse y a ir genial. La primera semana estuvimos viendo los muy diversos proyectos que tenía Acoes, 46 en total, repartidos por las zonas pobres o conflictivas de Honduras. Las siguientes dos semanas, estuvimos en dos proyectos, uno La Nora y otro La Isla que pertenecia a territorio de Maras. En estos proyectos apoyamos educativamente y socialmente, en Tegucigalpa, capital de Honduras. Las dos últimas semanas, estuvimos en una aldea con adolescentes haciendo un proyecto de Maestro en casa. En este proyecto se trataba de formar a los/as adolescentes formativamente y también trabajar los valores. Fueron dos semanas intensivas para intentar paliar las deficiencias que tenían, ya que solo podían acudir a clase los domingos por la mañana y eso conllevaba que los/as menores no fueran a la universidad ya que no podían aprobar la prueba de acceso.

He tenido muchos aprendizajes, además aprendizajes de los que no se olvidan en toda la vida, como la verdad de la palabra RESILIENCIA, y su verdadero significado a través de los ojos de los/as hondureños/as. ACOES es sustentado por los/as mismos/as niños/as que crecen con ellos y eso es increíble, ya que, como bien se siente, es como una gran familia. La verdad que fue todo increíble, es una de las experiencias más bonitas y formativas que he tenido en mi vida.
El cambio de visión que más destaco, es que siempre nos repiten una y otra vez, lo peligroso que es Honduras, pero yo aprendí, que como siempre pasa, siempre suena más lo que un pequeño colectivo causa en la población, que la población en sí. Honduras en general, es un país lleno de gente amable y servicial. Y quizás, contra todo pronóstico, lo más duro fue la vuelta.
¡GRACIAS HONDURAS, POR TANTO!

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