Este mundo, eternamente imperfecto, imagen, e imagen imperfecta, de una contradicción eterna. "Así habló Zaratustra" (1883), Friedrich Nietzsche
Ahora me encuentro en Piura[1], mi hogar y trato de darme consignas para no perderme en mi mar de recuerdos y que mi escrito no caiga en entretenimiento inspirador, por qué detrás de este relato hay varios derechos vulnerados, peladitos[2] sufriendo, un Estado negligente, una(s) guerrilla(s), paramilitares y más.
Bien, les presento a mis tres compañeros de mochila “don echo de menos a Graná[3] (con sus protagonistas), a don prejuicio y a doña motivación”; con mucha actividad los tres(y a veces uno más que otro) han contribuido a que mi estancia esté llena de momentos de aprendizaje, amor, amistad, también soledad, dolor y un sin fin de contradicciones conmigo, con la gente y ambas.
Un 27 de julio, doña Gladys me recibía con gran afecto en el aeropuerto El Dorado. Fue ella y una congregación religiosa quienes me acogieron con mucha calidez en mi primer día en Bogotá (llamada también la neverita, por lo fría que es). Nuestras primeras conversaciones iban entorno a cómo coger el Transmilenio, las expresiones cotidianas, las mil precauciones que debía tener (ustedes imaginarán a don prejuicio súper alerta y gordo). También hicieron hincapié en mis múltiples expresiones informales, y que el tuteo era poco frecuente. Claro, yo lo sabía, pero me costaba ustear; recuerdo que me extrañaba al escuchar sumercé[4], con el tiempo entendí que era una muestra de amabilidad y cariño, aunque al inició me sonaba a mucha jerarquía.
A los dos días me incorporé a la Fundación Creciendo Unidos[5] (FCU), estaba con prisa por empezar. Allí conocí a una gran mujer, Olga, quién me brindó material para leer. Logramos tener un debate respecto a intervención con la infancia, y con mucho atino logró cuestionar mis saberes. Yo no estaba de acuerdo con algunas posturas frente al trabajo infantil, pero con el transcurrir del tiempo he tenido un punto de inflexión, de deconstruir las estáticas posturas y cuestionarme más. Ese día también tuve el placer de acompañar a don Salomón, un educador popular, que pese a los múltiples inconvenientes, sigue dedicado a FCU. Recuerdo a doña Martica y el tinto de cada día, a Carito y su admirable liderazgo en Caracolí (Ciudad Bolívar), a mi amigo Johan y sus fuertes convicciones políticas, a Cindy, la risueña profe de artes escénicas.
El día de inducción acabó con un horario casi lleno, con ganas de ir a casa a dormir. Quería un poco de quietud, pues había enfermado del estómago y mi mal humor empezó a despertar, es allí donde “don echo de menos” empezaba a lanzarme mensajes a cada segundo, lo bueno que en un cerrar de ojos por el sueño se quedó callado. Después de ese día, me autoafirmaba que la siesta al menos los fines de semana debía estar presente.
Olga sintetizó mi trabajo en la Fundación en dos aspectos:
(…) “primero en la atención psicosocial (integral desde diferentes disciplinas), la tuya en psicología y segundo en el empoderamiento y formación de los niñ@s como parte de la participación (protagónica, desde la perspectiva de la fundación) y como estrategia de crear liderazgos en la población infantil.”
Para poder sumergirme en esos dos quehaceres empecé en la sede de Caracolí, ubicado al Sur de Bogotá, en Ciudad Bolívar; acompañando el proceso de los talleristas con los NNAS[6]: apoyar en el reforzamiento escolar, visitas a domicilio, y organizar la base datos. Llegar a Carocolí no fue fácil, un día me perdí y me tocó bajar un monte lleno de basuras y correr. Ese día me aprendí de memoria la ruta, el color turquesa de la buseta llamada Sierra Morena.

En Caracolí participé en un taller sobre territorio y ciudadanía con los NNAS, recorrimos el barrio, hicimos encuestas, y al regresar empezamos a dialogar. Entre ellos decían:
(…)”de noche da miedo pasar por “tres esquinas”, por qué matan y roban”, “por aquí fuman mucho”, “me gusta el parque, pero da miedo ir”, “no me gusta la basura que hay” (…)
En este taller se prima el protagonismo de los NNAS, como sujetos de derecho y que través de la participación son actores activos dentro de su comunidad.

Relato sobre mi percepción del norte y sur.
Le comenté a una amiga que la situación de vulnerabilidad del Barrio Caracolí y de la mayoría de las zonas del Sur, es muy alta, en relación al Norte, y que mi reducida experiencia, me llevaba a renegar de la desigualdad; así que empecé a googlear. En efecto, que existen miles de desplazados por la pobreza y la violencia y ello ha cambiado radicalmente la ubicación física de los grupos sociales y el norte ya no es un lugar exclusivo para la clase de mayor prosperidad económica, ni el sur para la clase más desfavorecida. En mi corta experiencia vi a una Bogotá con matices, de grandes edificaciones, lugares ordenados, limpios, con seguridad, etc, pero al cruzar la esquina, el panorama cambia, independientemente sea el Norte o Sur.
Atención Psicosocial:
En el mes de agosto, junto a la trabajadora social, la psicopedagoga y el educador popular empezamos a consolidar la información de cada uno de los/as niños/as del programa; pude realizar evaluaciones psicológicas con fin de complementar el diagnóstico social. El encuentro nos permitía tener un panorama amplio desde los distintos enfoques, así mismo evaluar la forma de proceder con los NNAS y sus familias. Aquí concretizamos y elaboramos el plan formativo a familias.

Empoderamiento y Formación:
En la casa Javier, los días miércoles, desarrollamos (junto a Caroline) un programa formativo de delegados, que permiten fortalecer sus habilidades para la participación protagónica, como voceros de los NNAs de la Fundación Creciendo Unidos. Las sesiones enmarcaban temas de: “Autoconcepto y habilidades sociales”, “Espacio, territorio e historia”, “Ciclos de violencia y género” “Colombia, un país que busca la paz y la equidad”, “La Convención Internacional sobre los derechos de los NNAS” y “Proyecto de Vida ”
Durante estas sesiones elegimos a un representante internacional, que viajó a México y a 5 representantes nacionales que irán al Norte de Santander, me hubiera gustado que todos viajen, pero no se podía y lo entiendo.
Por otro lado, con mi majísima compañera Caroline, realizamos un taller para los colaboradores de la fundación, con el objetivo de fortalecer los vínculos de trabajo. Fue el quiebre de algunos malos rollos, soltamos risas, críticas, jugamos, nos elogiamos y sobre todo conocimos un poquillo más de nosotros. Recuerdo que tomamos un jugo delicioso de fresa con hierba buena, algo de vino y compartimos una comida riquísima.
Estas últimas actividades, (taller con delegados y el taller con los colaboradores FCU), me llevaron a replicar la experiencia en la casa del Niño Trabajador "Doña Leo"[7] en la frontera Colombo Venezolana “Cúcuta”. Fue en la segunda semana de septiembre, que después de estar abrigada, pasaba a un espacio muy caluroso, estuve en los sectores de Cenabastos, Colombia Uno y Niña Ceci.
En algunas zonas de Cúcuta me topé con la realidad del paramilitarismo, el mercantilismo, niños/niñas y adolescente trabajando, familias cruzando todos los días la frontera, conocí a gente que defendía el Chavismo y Madurismo, otras que los odiaban, gente que respaldaba a la guerrilla y afirmaba que para ellos ese es su gobierno.
Un día, en un desayuno, con mi compañero de trabajo tuvimos un debate sobre política, guerrilla y otros temas no lejanos a la realidad, qué finalizó en un no puedes hablar de eso aquí porque te expones; su sugerencia me recordó la prudencia. El qué decir, a quién, dónde y cómo decir, eran cuestiones de mi día a día; confieso que tuve algunas excepciones, como por ejemplo Johan, un compañero que gentilmente me acogió en su piso y me acompañó y toleraba casi siempre.
Los días en Cúcuta avanzaron muy pronto, estuve a punto de perder mi billete de retorno por quedarme más tiempo allí.
Un sábado ya en Bogotá, mi compañera Carolina y Gloria (recién llegada de España), dimos por finalizada la 1era parte de formación con los delegados en un parque, allí me despedí de mis chinos. Aquí la manifestación reciproca de afecto fue muy grande, con una caricia me abrazaban la vida, y además con una mirada me comunicaban algo que no supe descifrar…creo.
Curiosamente comprendí la importancia de la motivación que mi profesor enseñaba. Me resonaba su pregunta: ¿La motivación es la causa del comportamiento o la consecuencia del comportamiento?
La motivación es una consecuencia, que empieza por una necesidad, y finalmente si tengo un repertorio suficiente de confianza, actúo. Dicha confianza producto de la interacción, que va apareciendo en el proceso. Esta experiencia me ha motivado a seguir interviniendo en espacios parecidos, a seguir formándome en la Cooperación al desarrollo, Gestión Pública y de las ONGDs.
Mi mochila se llenó, y se rompió, cogí sin querer algunos preuicios, otros se hicieron trozos, el echo de menos Graná se volvió inclusivo y añadió a Colombia y motivación creció.
Regresé a Perú y vi a mi madre con algunas canas y con un globo morado, diciéndome "mi flaquis, bienvenida". Me sentía feliz, el tiempo me daba una lección en la cara, carpe diem.
Muchas gracias al Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Granada, por la oportunidad, por su gran gestión. Gracias a mis compis en especial a Pelayo, que nos debemos un pisco, a Caroline por su bondad, a Caro y a su familia por acogerme con cariño, a Angela por ser un sol de persona, a mi novio por su paciencia, a Fermina por su solidaridad y también a otros que me enseñaron a no ser como ellos.
Finalmente pido disculpa por mis desaciertos y/o por lo pesada que soy a veces, sé que mi experiencia en Bogotá terminó, sin embargo, aún sigo conmoviéndome con aquellas imágenes qué mi cerebro reproduce.
[1] Piura: ubicado al noroeste de Perú.
[2] Peladitos: Se emplea para referirse a los niños y niñas en Colombia.
[3] Graná. (Granada): Ciudad y municipio español, pertenece a la comunidad autónoma de Andalucía
[4] Sumercé: Pronombre derivado de su merced
[1] FCU: La Fundación Creciendo Unidos, es una organización social sin ánimo de lucro. Recuperado en https://www.fundacioncreciendounidos.org/fcu