Soy Rocío Toro y el día que me concedieron la beca para realizar el voluntariado internacional lloré de felicidad.
Durante 8 semanas hemos estado en el Callao, Lima, trabajado con COPRODELI, organización de carácter religioso que cuenta con diferentes proyectos sociales. Nosotras nos ubicamos dentro del Programa PAR, Personas en Alto Riesgo, el cual abarca Niños en Alto Riesgo, Pro Mujer y personas con discapacidad. Es en este último donde participamos nosotras.

Nuestras primeras semanas de trabajo se desarrollan dentro de un club para personas con discapacidad (centro de día) que está formado desde hace varios años. Nuestra tarea aquí es apoyar en los diferentes talleres de habilidades sociales, comunicación, psicomotricidad, ocio y tiempo libre, etc. El grupo de personas es muy heterogéneo pero cada uno de sus miembros aporta algo diferente y hacen que el entorno y el clima que se crea sea muy especial.
Una de las principales dificultades con la que nos hemos encontrado ha sido la escasa sensibilización y concienciación de la sociedad acerca de la discapacidad, provocando que las personas con discapacidad no puedan disfrutar plenamente de sus derechos.

En el segundo período de tiempo, hemos tenido que poner en marcha la creación de un nuevo club para personas con discapacidad en otro barrio dentro del Callao. Para ello, hemos realizado visitas domiciliarias y entrevistas individuales a estas personas y a sus familiares para obtener una base de información inicial. A continuación, se ha iniciado el club y se han seguido realizando entrevistas personales con el objetivo de recoger información y poder realizar un proyecto de vida con cada uno de las personas que participan en el club. Lo que se pretende en fomentar la mayor autonomía del individuo en la medida de lo posible y lograr que alcancen su libertad.
Justo cuando comenzábamos a conocer a estas personas, a adaptarnos a su entorno, a ver sus necesidades, es cuando ha llegado a su fin esta maravillosa experiencia.