Me llamo Andrea Garrido y voy a hablar sobre mi experiencia como voluntaria en Ambue Ari (CIWY), Bolivia.
En este santuario se trabaja con animales maltratados, rescatados del mercado negro, del tráfico ilegal, de zoos, animales salvajes usados como mascotas….Ciwy acoge a estos animales y les da una vida nueva, dándoles el trato correcto que se merecen y viviendo como animales salvajes que son. Este centro en concreto está especializado en trabajar con gatos (jaguares, pumas, ocelotes, magaris….) pero también puedes encontrar otras especies (coatíes, aves, chanchos, tapir, oso hormiguero, armadillo, monos…).
En el centro Ambue Ari los coordinadores son quienes eligen con qué animal vas a trabajar, yo tuve la suerte de trabajar con un ocelote llamado Kevo y en animales de campamento trabajando con los coatíes, un pio, dos chanchos y un tapir.
Estuve 6 semanas de voluntaria y la primera semana para mi fue muy dura puesto que es un mundo muy diferente, duermes en una cama de paja, el baño es seco, y hace mucho calor. Pero en cuanto te acostumbras a estas condiciones en unos días todo es diferente, me encantaba despertar cada mañana escuchando a los monos aulladores salvajes, pudiendo respirar la flora de la selva y disfrutar de su fauna. En el campamento se necesita aprender rápido, se realizan tareas comunes desde la mañana temprano y luego se trabaja con tus animales.
El trabajo con los animales consiste en limpiar sus casas diariamente, prepararle el alimento, preparar su medicación, realizarle enriquecimientos, pasear con ellos y darle afecto. Cuando pasas tiempo cuidando a estos animales conoces a cada uno, por ejemplo descubres que cada coati tiene su personalidad, Titus(tapir) siempre saluda desde su laguna cuando te escucha llegar y que Chiki y Duncan (chanchos) junto con Matt Damon (pío) les encanta recibir cariño. Y qué decir de Kevo, él en concreto se quedó una parte de mi corazón, es un ocelote muy activo al que le encanta trepar árboles, correr y cazar lagartijas. Cuando conectas con tu animal es increíble saber en todo momento qué quiere, si saltar, correr, descansar eternas siestas en la selva, contemplar a los monos salvajes que saltan por los árboles o meterse en su piscina porque hace mucha calor.
También en Ambue Ari conocí a mucha gente de diferentes países, Inglaterra, Holanda, Nueva Zelanda, Italia, México, Chile, Australia... Quién diria que iba a poner tanto en práctica mi inglés en un país de habla española. Nunca olvidaré esta experiencia y repetiré cuando me sea posible. Me ha enseñado a valorar más todo lo que tengo, me ha ayudado a conocerme mejor y ver que soy capaz de enfrentarme a mis miedos paseando sola por la selva, trabajando duro con altas temperaturas y dispuesta a vivir cualquier aventura.