Primera experiencia en Bolivia:
Anzaldo, nuestro nuevo hogar. La primera impresión que he tenido al llegar a Bolivia ha superado todas mis expectativas. A pesar de que no sentía miedo, cualquier duda que tuviera se ha disipado rápidamente. Ayer un grupo de seis chicas de distintas partes de España aterrizamos en Cochabamba, ciudad que se extiende alrededor de la laguna de Alalay y lejos hasta llegar a las laderas de las imponentes montañas que la escoltan. Hasta hace poco éramos desconocidas, pero ahora compartimos este viaje, sabiendo cómo llegamos, pero sin tener certeza de cómo volveremos. Dejamos nuestro equipaje en la Casa de Formación Escolapia, pero el destino final aún nos esperaba: Anzaldo, el lugar que será nuestro hogar durante las próximas semanas. Después de un vuelo de 11 horas y con una diferencia horaria de seis, estábamos agotadas. Sin embargo, no había tiempo que perder, así que salimos a explorar la presencia Escolapia en Cochabamba.
Visitamos la Parroquia de San Rafael, dos unidades educativas de primaria y dos de secundaria, repartidas en los turnos de mañana y tarde, así como la residencia universitaria de chicas. Me sorprendió que, salvando las distancias, la vida aquí parecía similar a la de mi ciudad, aunque lo que más captó mi atención fue nuestro barrio, Las Cuadras. Es un mosaico de contrastes: grandes casas con jardines bien cuidados junto a humildes viviendas con ladrillos expuestos, a veces con ventanas y otras veces carentes de ellas y, en algunos casos, en ruinas. Sin embargo, todo parece convivir en paz.
Al caer la tarde, partimos finalmente hacia Anzaldo. Durante el trayecto, la ciudad de Cochabamba nos mostró su lado más amargo: largas filas de camiones esperando un combustible que hacía días que no llegaba, sin el cual los transportistas no podían trabajar. Barrios en la periferia habitados por personas humildes, de origen campesino que vienen con la ilusión de un futuro mejor, y acaba viviendo sin recursos, a veces sin siquiera acceso a agua corriente. Pero lo que más me impactó fue la llegada a Anzaldo. Anzaldo es un pequeño pueblo en los Andes, a unos 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Nos recibió la comunidad escolapia, quienes nos hicieron sentir como en casa desde el primer momento. Los niños y niñas que viven aquí, al contrario de lo que me esperaba, son cercanos y cariñosos, y nos acogieron con verdadera ilusión, aunque al principio se notaba algo de timidez. Ya hemos comenzado nuestras primeras sesiones de formación, que nos ayudan a comprender el contexto en el que nos encontramos, las razones que nos han traído hasta aquí y la actitud que debemos adoptar para que nuestra experiencia sea verdaderamente enriquecedora. Esta experiencia en Anzaldo es un paréntesis en nuestras vidas, una oportunidad para dejar una huella positiva en los demás y permitir que ellos dejen una en nosotros. Espero que esta vivencia me transforme, y que la semilla que se plante en mí crezca, para que al regresar pueda seguir ayudando desde mi propia realidad.
9 de agosto de 2024: Me sorprende ver que muchos de los problemas que enfrentan aquí, como la pérdida de las raíces culturales y la búsqueda de soluciones inmediatas, son similares a los que viven los jóvenes en España. Personalmente, llegué con incertidumbre acerca de mi futuro, pero estoy decidida a centrarme en el presente y aprovechar cada momento de esta experiencia para crecer y dar pasos hacia un cambio en mi día a día.

Centro Calasanz en la parroquia de San Rafael, Cochabamba.

Vista del Barrio de las Cuadras desde el colegio.

De camino a Anzaldo.

Internado de Anzaldo.
Primeras actividades en Anzaldo: descubriendo la vida en el internado y colegio.
Hoy ha sido un día especial, ya que finalmente comenzamos con nuestras actividades en el colegio y el internado de Anzaldo. La mañana inició con la formación habitual de los lunes a las 8:00 en el patio de secundaria. El acto empezó con el izado de la bandera al ritmo del Himno del Estado Plurinacional de Bolivia y una oración dirigida por el director general. Hoy, además, los estudiantes prepararon reseñas sobre la Virgen de Urkupiña y el Día de la bandera, que se celebran los días 15 y 17 de agosto respectivamente. El evento cerró con el himno a la bandera y un poema de Yolanda Bedregal que celebra la diversidad y la identidad de Bolivia.
Banderita de la escuela,
hermana alegre y querida,
cuando te veo, yo pienso en los aguayos tejidos con caitos de mil colores.
Cuando te veo, yo pienso en la tierra generosa y no en guerras ni fronteras.
Yo no quisiera morir sino vivir por tu gloria y trabajar por tu honor.
El rojo amarillo verde es el poncho de la raza que,
como un celaje, el viento hincha en la tarde de invierno.
ROJOS techos de la aldea,
guindas y crestas de gallo,
flores de espino, fogatas, campanario de la iglesia,
boca amada de mi madre,
trompo como un corazón,
volador que trepa al cielo:
¡Rojo de mi banderita!
ORO del sol en la pampa, balsas en el Titicaca,
trigo maduro en el campo, amarillos girasoles, manecitas de retama, fina piel de las vicuñas. ¡Canta un canario amarillo cuando ondula mi bandera!
VERDE aguayo de las chacras alfalfares, tunas húmedas,
chijipampa entre juguetes de día de Navidad;
río de mis vacaciones, en el cocal, bajo el molle,
¡verde de mis alegrías!
Bandera, mi banderita, tan india como mi sangre;
imilla en día de fiesta, kantuta que el aire mece.
Sencilla como el arcoiris, enlaza con un abrazo selva, puna, nieve y lago.
En los ojos de los cóndores va mi bandera a las cumbres;
y aquí dentro de mi pecho acaricio sus colores.
¡Bandera, mi banderita!
Tras la ceremonia, comenzamos a planificar las actividades para la Semana de Calasanz, una festividad en honor al fundador de las Escuelas Pías que se celebra mundialmente el 25 de agosto. Durante esta semana, el alumnado decora las puertas de sus aulas, organiza juegos y participa en una Eucaristía especial seguida de un desayuno compartido. Nuestra labor será seleccionar la mejor puerta decorada y preparar una gymkana para los jóvenes del Movimiento Calasanz, un grupo de fe presente en muchos colegios escolapios del mundo.
12 de agosto de 2024: Además, colaboramos en las clases de valores y religión, organizando un concurso de preguntas sobre la vida de San José de Calasanz, lo que permitió a los estudiantes conocer más sobre su legado y los valores que siguen vigentes después de casi 400 años.
Otra actividad importante es la Campaña Solidaria anual, que recauda fondos para proyectos escolapios en todo el mundo. Este año, los internados de Cocapata y Anzaldo son algunos de los beneficiarios. Para contribuir, organizaremos torneos de futsal, carreras, cine solidario y venta de snacks en los recreos.
Los jóvenes del Movimiento Calasanz también se han involucrado activamente, ayudando a elaborar y vender productos para apoyar la campaña y fomentar valores como la solidaridad y la empatía. Al recorrer el colegio, me sorprendió ver un gran campo de fútbol de césped artificial que contrasta con la humildad del pueblo que se levanta ladera arriba, simbolizando lo que a mi parecer representa este proyecto en la vida de los campesinos: un remanso de paz, un pequeño oasis en medio de este desierto.
Después de haber conocido las comunidades rurales de las que provienen estos pequeños y pequeñas, he comprendido mejor lo que significa esta oportunidad para ellos y ellas. Sabía que me iba a sorprender lo poco con lo que viven, pero lo que más me ha sobrecogido ha sido la soledad que lo envuelve todo. Entonces he comprendido por qué la cultura quechua vive en armonía con la Pacha Mama. Por qué considera seres vivientes a los ríos y las rocas. Por qué encuentra a Dios en la montaña y en el sol. Pensar en cómo se sentirá amanecer cada mañana en medio de la inmensidad de la naturaleza… Es algo que no puedo ni imaginar. Poder vivir en el internado, tener la posibilidad de estudiar, contar con personas que se preocupan por ti, respirar el amor que desborda cada costado de este recinto… Es, como dice la canción de la agrupación peruana, Grupo Siembra:
“Que se termine la noche, Que llegue el amanecer.
Que agoten todo su llanto, La vida nos va a llegar"

Puertas de las aulas decoradas para la semana de Calasanz

Campo de césped artificial del colegio

Casas de adobe en las comunidades rurales de Anzaldo

Municipio de Anzaldo
Despedida de Anzaldo: un adiós lleno de gratitud y amor.
Los últimos días en Bolivia han sido duros. No queríamos despedirnos de este lugar ni de las personas que nos acogieron con tanto cariño. El último viernes dijimos adiós a los chicos y chicas del internado, quienes regresaban a sus hogares para el fin de semana. Los vimos subir a la camioneta que les llevaría por esos caminos polvorientos, visiblemente emocionadas, mientras nos miraban con curiosidad. Pero yo no dejaba de pensar: ¿Qué será de ellos y ellas? Al día siguiente, partimos para Cochabamba, con la incertidumbre de si alguna vez volveríamos a pisar Anzaldo. Durante el trayecto, no podía apartar la vista de los montes, la tierra, el cielo… de la inmensidad y lo sagrado de ese rincón de Bolivia y del mundo. Nos despedimos también de los y las jóvenes educadores con los que compartimos ese mes. Nos agradecían constantemente, y yo no sabía cómo expresarles que éramos nosotras las que teníamos que estar agradecidas. Nos entregaron recuerdos, y yo estaba sin palabras ante su generosidad y esa entrega absoluta a unas desconocidas como nosotras. Lo que más me dolió fue la frase de uno de ellos: “Nosotros no vamos a poder viajar a España… así que ustedes deben volver”. No logro comprender cómo un pueblo al que hemos causado tanto daño puede acogernos con tanto amor y sin condiciones. Sabía que esta experiencia sería dura, pero no que sería tan hermosa. Ha sido, sin duda, la experiencia más bonita de mi vida. En esos últimos momentos, al sentirnos una comunidad junto a ellos y ellas, sentí que todo tenía sentido. Estar allí tiene sentido.
Me voy con un único compromiso:
Que tu vida sea un homenaje a quien con amor te recibió y con amor te recordará.

Vuelta a casa para el fin de semana

Labores en la comunidad rural.
Me ha encantado leer la experiencia y me gustaría hablar con la chica que narra la experiencia, es posible? Querría saber más sobre el internado que visitó y como se puso en contacto con ellos :)