DIARIO DE BITÁCORA EN SENEGAL
- cicode
- 7 dic 2023
- 3 Min. de lectura
Pedro Torres Domingo
LA EDUCACIÓN ADULTERADA
En esta última entrada, como en la anterior, no voy a hablar de nuestro día a día, pero tampoco lo voy a hacer de un acontecimiento concreto sino de una situación extendida en todo el país. Voy a escribir sobre uno de los métodos de enseñanza dentro de la escuela coránica, la que incumbe a los niños talibé.
Se entiende por niño talibé aquel que es enviado por su familia a las escuelas coránicas para confiar su educación religiosa bajo la guía de un marabout. Esta se entiende como una etapa muy importante en su vida, y no solo por el aprendizaje teórico sino por el crecimiento personal que implica. De hecho, años atrás se realizaban intercambios entre pueblos, de tal manera que los hijos conocieran otros lugares aprendiendo agricultura y ganadería al mismo tiempo que el Corán.
Esta práctica, que de base era beneficiosa para los actores implicados, se desvirtuó en el momento que se produjo el éxodo rural a las ciudades. Este movimiento conllevó la llegada de muchos hombres que conocían el Corán, la agricultura y la ganadería, pero que no habían contado con una formación reglada que les permitiera integrarse. El resultado fue que una parte de ellos se dedicó a formar escuelas coránicas, ejerciendo ellos mismos como marabouts.

Aunque no hay datos exactos, un estudio de 2018 de la ONG Solidaridad Internacional estimó que sólo en Dakar podía haber en torno a 200.000 niños talibé, de los que un 25% practican la mendicidad. Porque efectivamente hay escuelas que funcionan como las habituales en España u otras que lo hacen como internados; pero no son todas.
Las hay que subsisten obligando a los niños a mendigar cada día dinero y comida para mantener su lugar en la escuela, conocida como ‘daara’. Allí, un número demasiado elevado de chavales sobreviven en condiciones ínfimas sin agua corriente, luz, camas o una construcción mínima sobre sus cabezas; condiciones que favorecen la propagación de diversas enfermedades.
Afortunadamente hay miembros de la sociedad civil que trabajan por mejorar su situación, y en mi estancia en Senegal he tenido la suerte de conocer dos. De un lado, La Maison de la Gare ofrece un espacio abierto donde los niños pueden reunirse a jugar, formarse, lavar sus ropas o ducharse, descansar y curarse en la enfermería, además de recibir comida. Por otro lado, Keur Talibé Ndar trabaja directamente mejorando las condiciones de vida en las daaras, sensibilizando también a los marabouts de la importancia de un entorno saludable para los niños.
Este es un tema candente, de difícil solución social y económica dada la influencia de los marabouts; mucho más complejo de lo que yo haya podido exponer en estas breves líneas, aun esperando que haya sido claro. Una situación que está normalizada, que muchas familias incluso buscan por tradición y en la que no sufren solo los niños; sino toda la sociedad actual y futura.
La actual es la que he intentado transmitir, con mayor o menor acierto, a través de estas entradas; y que espero te haya llegado de la manera más sincera y honesta. La futura es aquella a la que hay que apoyar con iniciativas como las del CICODE, con el trabajo de ONG como Hahatay y con personas comprometidas e interesadas como tú, que me has acompañado a lo largo de este viaje. ¡Gracias de corazón y ba bene!1
1: Ba Bene significa ‘Hasta la próxima’ en wolof, la lengua local de Senegal.
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