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El barrio Plan 3000: Aquí nací y aquí me quedo

Aida Tawfik Carabaza


En 2023 se cumplirán cuarenta años de las inundaciones provocadas por el río Piraí, que dejaron a más de tres mil familias sin hogar. Con las pocas pertenencias que pudieron rescatar, tuvieron que comenzar una nueva vida en pequeñas carpas sin servicios básicos, situadas en un municipio en la zona sudeste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Así fue como se creó la ciudadela Andrés Ibáñez, que hoy cuenta con más de 320 mil habitantes, y que todos conocemos como el Plan 3000.

Quiero aprovechar esta plataforma para hablar de este barrio tan especial, en el que la Asociación Civil Proyecto Hombres Nuevos tiene su sede.


Lo que aquí relato parte desde mi propia perspectiva y desde lo que me han transmitido sus habitantes en el corto espacio de tiempo en el que el Plan 3000 ha sido mi hogar.

Se trata de un barrio extremadamente

diverso, en continuo cambio y crecimiento, por lo que resulta imposible retratarlo por completo en unas pocas páginas, pero espero poder al menos recoger lo que representa y la importancia que ha adquirido en los últimos tiempos.




Fotografía 1: Una de las calles principales del barrio Virgen de Urkupiña (Plan 3000)



El Plan 3000 está ubicado en la parte sur de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, capital del departamento de Santa Cruz, el más grande del país; ocupa el 34% del total del territorio nacional. Santa Cruz ofrece uno de los mayores índices de biodiversidad del continente, además de ser considerada un crisol de nacionalidades por la gran variedad de grupos étnicos que acoge. Actualmente, es el motor de la economía boliviana, debido a su desarrollo agroindustrial y a la explotación de recursos naturales (hidrocarburos, maderas y minerales). Su capital es la ciudad más poblada del país, y su crecimiento demográfico está entre los más rápidos de América del Sur (ASOBAN, 2019).

El Plan 3000 es el ejemplo perfecto de la diversidad y el crecimiento que caracterizan al departamento al que pertenece. Los desplazamientos por la riada del Piraí tuvieron lugar en 1983, pero en 1985, el gobierno central decidió ir cerrando las minas y muchos trabajadores del sector minero se trasladaron al Plan y se convirtieron en comerciantes. A lo largo de los años, este barrio ha ido acogiendo a migrantes de todas partes del país: collas del altiplano, guaraníes, chiquitanos y ayoreos del interior del departamento de Santa Cruz y muchas otras etnias, casi todos ellos empujados por la crisis económica y de productividad que ha ido afectando especialmente a las áreas rurales del país, y atraídos por el pujante crecimiento económico de Santa Cruz de la Sierra. Se estima que cada año llegan a la ciudad aproximadamente 60 mil personas provenientes del mismo departamento y de otros departamentos del país (PHN, 2011). El resultado de este constante flujo migratorio es que el área que se engloba bajo el nombre de Plan 3000 actualmente se subdivide en más de 300 barrios diferentes, según el ex subalcalde Jesús Álvarez, y siguen surgiendo barrios nuevos a una velocidad vertiginosa (ABI, 2012).


El crecimiento rápido y descontrolado del Plan 3000 y la falta de inversión por parte del gobierno en los servicios públicos se traduce en un sinfín de graves problemas que llevan años esperando una solución. Durante mi servicio a la comunidad, estuve trabajando en un colegio del barrio como profesora de apoyo escolar, y aproveché la oportunidad para indagar sobre la percepción que tenían mis alumnos de su barrio. A través de un pequeño cuestionario, me trasladaron su preocupación por el estado de las calles; sin asfaltar en su mayoría, con agujeros, llenas de basura y sin alcantarillado. Cuando llueve, muchos de ellos no podían venir a clase, puesto que las inundaciones son bastante frecuentes. El agua llega incluso a entrar en las casas, un problema especialmente alarmante teniendo en cuenta que la temporada de lluvia en Santa Cruz dura alrededor de cinco meses al año. Otra de las principales problemáticas detectadas es la inseguridad. Niños de 9 a 13 años ya me hablaban de peleas, borrachos, ladrones, violadores y drogadictos en sus calles, de pandillas de maleantes y de la ausencia de policía. No se sienten seguros cuando salen a jugar, ni cuando van a comprar, ni mucho menos cuando tienen que quedarse hasta tarde vendiendo productos para echar una mano en casa. Desde la propia alcaldía reconocen que “el Plan 3.000 es tan grande que la cantidad de policías que tenemos no abastece para cubrir ni mínimamente con el requerimiento de seguridad” (ABI, 2012).


Fotografía 2: Camino al barrio “Ciudad de la Alegría” en el Plan 3000 (Foto: archivo

del Proyecto Hombres Nuevos)


Sin embargo, a pesar del caos y la pobreza, la Ciudadela Andrés Ibáñez tiene una cara más amable. Esta parte guarda una estrecha relación con el personaje histórico del que toma su nombre, considerado por muchos como uno de los pioneros en la historia de las luchas sociales de América. Andrés Ibáñez nació en 1844 en Santa Cruz, y fue uno de los fundadores del Club de la Igualdad, que posteriormente se transformaría en el Partido Igualitario. El caudillo político apostaba por el igualitarismo social y la defensa de un modelo de Estado Federal basado en comunas, y la praxis política igualitaria combinaba milicia campesina indígena, levantamientos civiles y lucha parlamentaria.

Tras ser apresado por las autoridades opositoras a sus ideas, Ibáñez fue liberado gracias a un motín de los soldados y en una asamblea pública fue nombrado como prefecto, es decir, gobernador del departamento de Santa Cruz. Esta revolución de los igualitarios duró un total de siete meses, y es considerada el antecedente directo del socialismo boliviano. Los igualitarios anunciaron importantes reformas sociales: el cobro de impuestos adicionales a los ingenios azucareros, la distribución de la tierra privada no cultivada, la abolición de la esclavitud, etc. Tales medidas no fueron bien recibidas por la élite cruceña ni por el gobierno central, que mandó una misión militar y dio comienzo a un estado de represión sin precedentes. Finalmente, en 1877, Ibáñez fue fusilado, y pasó a la historia como un mártir de la revolución de la igualdad (Erbol, 2020).


Fotografía 3 y 4: Puestos en los mercados del Plan 3000


Esta historia nos trae directamente al presente. A pesar de los problemas anteriormente mencionados, y de lo que pudiéramos deducir de un barrio tan grande y diverso, el Plan 3000 también se caracteriza por su enorme red informal de relaciones sociales y la capacidad de organización y de resistencia de sus habitantes. Para comprender la importancia de estas relaciones tenemos que tener en cuenta que, en el contexto de un crecimiento económico nacional que no es capaz de generar suficientes empleos formales para absorber la creciente fuerza de trabajo, la mayoría de personas se dedican al trabajo informal, principalmente recurriendo al autoempleo con el desarrollo de pequeños proyectos de emprendimiento (PHN, 2011). De hecho, en Bolivia, el porcentaje de trabajadores con empleo informal asciende al 80%, según informes de la OIT (2022). En el Plan las redes más fuertes son los sindicatos y las gremiales; por ejemplo, el gremio de las trabajadoras de los mercados cuenta con unas tres mil personas organizadas (Zibechi, 2010). Muchos de los mercados y tiendas del Plan han surgido y se han ido estableciendo de forma irregular, sin control ni registro alguno, pero en cada gremio se establecen una estructura y una serie de normas que son respetadas por todos sus miembros, y los sindicatos se encargan de velar por sus derechos. Por otra parte, también existen múltiples cooperativas de servicios, asociaciones, grupos juveniles, de la tercera edad y culturales.

En un contexto en el que la mayoría de las familias viven en situación de absoluta precariedad y lo que ganan con el trabajo apenas les alcanza para pasar el día, las estrechas relaciones entre habitantes son de vital importancia. Como ocurre en muchos países con contextos de empobrecimiento similares, los vecinos se ayudan entre sí, y se otorga mucho más valor al compartir, especialmente de compañía y diálogo, que al apoyo estrictamente material (Zibechi, 2010). Las juntas vecinales se reúnen a menudo en las plazas, e incluso mantienen contacto a través de grupos de WhatsApp, y se organizan tanto para ayudar, por ejemplo, a un vecino enfermo al que haya que llevarle comida, remedios y algo de dinero para gastos, como para resolver problemas de saneamiento, reparar las calles, etc.

Estos mecanismos nacen como respuesta a la incapacidad por parte de las autoridades locales y estatales de brindar buenos servicios a todos los barrios del Plan y/o de encargarse de su adecuando mantenimiento. Son, por tanto, la red de relaciones sociales y las instituciones que han ido surgiendo, como la Asociación Civil Proyecto Hombres Nuevos (donde realicé mi voluntariado), las que se encargan de subsanar las necesidades básicas de la población con los escasos medios de los que disponen. Esta asociación, por ejemplo, aprovechó en sus principios las juntas vecinales como espacio de consulta para elaborar los diagnósticos de necesidades de sus proyectos.


Fotografía 5: Un alumno cruzando la calle en la avenida central del Plan 3000.


Desde hace unos meses, Bolivia está atravesando una crisis político-social debido a la polémica postergación del censo. De nuevo, las redes vecinales del Plan están teniendo un papel clave en el desarrollo de esta problemática, como veremos a continuación. El Censo de Población y Vivienda, inicialmente, estaba programado para noviembre de este año, 2022, ya que, según la legislación boliviana, debe de realizarse cada diez años y el último fue en 2012 (Europa Press, 2022). Después de tantos años, se espera que el resultado del censo permita, por ejemplo, reformular los presupuestos para los lugares en los que haya mayor cantidad poblacional. También cabría esperar que afecte al resultado de las elecciones y a la redistribución de recursos, puesto que no todos los departamentos han crecido al mismo ritmo. El censo influye además en otras cuestiones igualmente esenciales, como la planificación, la elaboración de proyectos, las políticas públicas, las estrategias de desarrollo humano sostenible, económico y social, etc. Se estima que la población del país sería de aproximadamente 11,8 millones, casi dos millones de habitantes más que en 2012 (Chambi, 2022).

Los problemas comenzaron cuando el gobierno de Luis Arce (del partido del MAS, el mismo que el del ex presidente Evo Morales), actual presidente de Bolivia, comunicó oficialmente la postergación del censo para el año 2024, alegando “problemas técnicos”. En respuesta, los comités cívicos de ocho de las nueve regiones de Bolivia se reunieron en Cochabamba, uno de los departamentos principales, para definir acciones de rechazo a dicha postergación y para exigir que el censo se realizara en 2023. Instituciones como la COB (Central Obrera Boliviana), la mayor entidad sindical boliviana, instaron a la población a “no permitir que intereses mezquinos de grupos privilegiados intenten bloquear el crecimiento del país, buscando esconder su incapacidad sin argumentos técnicos” (EFE, 2022).

Tras el fracaso de las negociaciones y la continua negativa del gobierno a la propuesta de realizar el censo en 2023, en Santa Cruz dio comienzo un paro indefinido para aumentar la presión. Como sabemos, Santa Cruz es el motor del país, el departamento más poblado y cabe mencionar también que es el único de los tres departamentos principales (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) que no está bajo el gobierno del MAS.

Además, sin los reajustes que traerá el nuevo censo, Santa Cruz sería la región más perjudicada, puesto que, de acuerdo a su crecimiento, le corresponden más financiación y mayor representación en la Cámara de Diputados. Así mismo, esto implicaría una mayor representación de la oposición y menor apoyo al MAS en número de escaños por el decrecimiento de población en otros departamentos, razones por las que en muchos de ellos no ha habido tantos levantamientos.


Fotografía 6: Primeros bloqueos en protesta por el censo en la avenida principal del

Plan 3000.


El paro es la forma de protesta más recurrente en los últimos tiempos, y consiste en bloquear las calles con neumáticos, cuerdas y otro tipo de objetos y con la presencia, por supuesto, de los manifestantes, día y noche, con el objetivo de frenar todo tipo de actividad en la ciudad. Esta vez ha durado un total de 36 días, finalizando con la aprobación en la Cámara de Diputados de un proyecto de ley que “garantiza la ejecución del Censo Nacional de Población y Vivienda en la gestión 2024, y establece la aplicación de los datos de la medición censal para la respectiva redistribución de recursos y escaños para las elecciones generales de 2025” (El Diario, 2022). Por tanto, no se ha conseguido cambiar la fecha del censo, pero sí que sus resultados sean tenidos en cuenta durante y tras las elecciones, es decir, que el número de votantes y de escaños correspondientes sea el correcto y que los presupuestos se ajusten de acuerdo a la situación actual de cada departamento. En palabras de la oposición, esta ley es necesaria para “mejorar la calidad de vida de todos los bolivianos” (El Diario, 2022).

Desde el Plan, el paro se ha vivido con mucha tensión. De hecho, es el barrio donde más disturbios ha habido, puesto que los masistas se enfrentaban cada noche a los jóvenes que mantenían la vigilia en los puntos de reunión para intentar desbloquear las calles. Además, por lo general, los del MAS contaban con el respaldo de la policía, que intervenía cuando las peleas se extendían llegando incluso a utilizar gases lacrimógenos para dispersar a los protestantes. Por otra parte, cabe destacar el esfuerzo de los vecinos del Plan, organizados en grupos o plataformas de resistencia sin ningún color político, unidos por un gran sentimiento de solidaridad y por una causa común. Utilizaban las redes sociales para comunicarse, y se recaudaban víveres para organizar lo que llamaban las “ollas comunes”, y así garantizar que todos los presentes en los bloqueos, que no podían trabajar y, por tanto, no tenían ingresos, al menos pudieran alimentarse bien.

Fotografía 7: Desfile del alumnado de los colegios del Plan 3000 por el día de Santa

Cruz.


Como podemos observar a través de estos últimos sucesos, el Plan es un lugar con muchísimos problemas a nivel económico, social, de servicios e infraestructuras… Pero también es un gran ejemplo de poder cívico y resistencia; sus habitantes nos han demostrado hasta dónde están dispuestos a llegar para hacerse oír, a pesar del agotamiento y de no contar con grandes medios. Como veíamos, en el Plan 3000 vive gente muy diversa, pero son capaces de unirse para luchar por sus derechos en las circunstancias más adversas y de ayudarse mutuamente para recuperarse tras los conflictos. De esta fuerza y este sentimiento de pertenencia y de cohesión nace una respuesta que me dio uno de mis alumnos el último día de clase, cuando les pregunté a todos si les gustaría dejar el barrio e ir en busca de mejores condiciones de vida y nuevas oportunidades, y él me respondió, secundado por todos los demás: “No me quiero ir, porque aquí nací y aquí me quedo”.

Fotografía 8: Respuestas a nuestros alumnos a la pregunta “¿Qué significa para ti la

palabra desarrollo?”



Referencias bibliográficas:

Agencia Boliviana de Información (ABI) (2012), “Populoso Plan 3000 de Santa Cruz

cumple 29 años”. Viceministerio de Comunicación, 15 de marzo. Recuperado de:

https://www.comunicacion.gob.bo/?q=20120315/populoso-plan-3000-de-santa-cruz-

cumple-29-a%C3%B1os


ASOBAN (2019), “Departamento de Santa Cruz”. XXIII Congreso Latinoamericano de

Auditoría Interna y Evaluación de Riesgos. Recuperado de:

https://www.asoban.bo/system/agenda_entries/pdfs/000/000/051/original/INFORMACI

ON_SEDE.pdf?1542721857

Chambi, Fabiola (2022), “Censo de población y vivienda en Bolivia: ¿por qué genera

polémica y tensión política?”. Voz de América, 27 de julio. Recuperado de:

https://www.vozdeamerica.com/a/bolivia-censo-poblacion-vivienda-polemica-

/6675745.html

EFE (2022), “La postergación del censo para 2024 genera polémica en Bolivia”.

Swissinfo.ch, 27 de julio. Recuperado de: https://www.swissinfo.ch/spa/bolivia-

censo_la-postergaci%C3%B3n-del-censo-para-2024-genera-pol%C3%A9mica-en-

bolivia/47785642

El Diario (2022), “Cámara de Diputados aprueba Ley del Censo”, 26 de noviembre.

Recuperado de: https://www.eldiario.net/portal/2022/11/26/camara-de-diputados-

aprueba-ley-del-censo/

Entrevista a Francisco Rocha, vocal de cultura en la Asociación Civil Hombres Nuevos.

Erbol (2020), “1 de mayo en Bolivia, ¿quién fue Andrés Ibáñez?”. Educación

Radiofónica de Bolivia, 29 de noviembre. Recuperado de: https://erbol.com.bo/gente/1-

de-mayo-en-bolivia-%C2%BFqui%C3%A9n-fue-andr%C3%A9s-

ib%C3%A1%C3%B1ez

Europa Press (2022), “El Comité pro Santa Cruz levanta el paro indefinido tras la

aprobación en la Cámara Baja de la ley del Censo”, 26 de noviembre. Recuperado de:

https://www.europapress.es/internacional/noticia-comite-pro-santa-cruz-levanta-paro-

indefinido-aprobacion-camara-baja-ley-censo-20221126171300.html

Organización Internacional del Trabajo (OIT) (2022), “Trabajadoras por cuenta propia,

pilares de la reactivación económica en Bolivia”, 10 de marzo. Recuperado de:

https://www.ilo.org/lima/sala-de-prensa/WCMS_839278/lang--es/index.htm

Proyecto Hombres Nuevos (PHN) (2011), “El Plan 3000”. Recuperado de:

https://www.hombresnuevos.org/index.php/hombres-nuevos-bolivia/contexto-

realidades-sociales-en-bolivia/el-plan-3000

Zibechi, Raúl (2010), “Plan 3000. Resistencia y cambio social en el corazón del

racismo”. Villalibre, Cuaderno de Estudios Sociales Urbanos, No. 5, pp. 131-148.

Recuperado de: https://www.cedib.org/wp-content/uploads/2011/03/VillaLibre-

5.pdf#page=132

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