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La riqueza de Honduras está en las personas

María del Carmen León Navarro


Introducción

Vuelvo a honduras. Tres años han pasado desde que conocí por primera vez ese lugar.

Marcho con una mochila pequeña donde me llevo tres mudas y un repelente, nada más me hace falta para llegar allí. Empieza el reencuentro, el volver a reconocer el lugar y las personas que me enseñaron tanto. Llego a San Pedro Sula (Honduras), el padre de una familia me acoge en su casa a últimas horas de la noche, me brinda una camita auxiliar y un desayuno al despertar tras la presentación de su mujer y su pequeña bebé. Una primera noche donde a pesar de ser desconocidos me hacen sentir como en casa.

Ahora, toca viajar hacia el fin del destino, un viaje algo inquietante pero muy esperanzador. Inquietante porque tocaba atravesar el país y pasar por lugares desconocidos, en un lugar donde para el propio hondureño la inseguridad ocupa el segundo lugar en los problemas de mayor importancia (35,7%)(DGC, 2022), pero esperanzador porque volvía a ver a muchas personas que me habían hecho sentir como nunca antes nadie lo había hecho.


Tras un largo viaje, finalmente llegué al destino, y allí me esperaba una hondureña que se convirtió en mi familia desde el primer día que la conocí en 2019. Otra noche más, me tocaba dormir con otra familia que acababa de conocer, y me abría sus puertas como si de su hija se tratase. Otra casa que encontraba como mi hogar.

Amanece, y toca empezar a trabajar en el proyecto, nueva tarea, y nueva experiencia. Comienza la acogida en la casa de ACOES, nuevas chicas y nuevos chicos con la oportunidad de continuar sus estudios, de compartir con ellos y colaborar de mano a mano. Me desplazo hacía las Escuelas de Virgen de Suyapa y la Escuela Santa Teresa de Jesús, ubicadas en las zonas más pobres de la ciudad de Tegucigalpa, la colonia Nueva Capital, que por irónico que suene de nueva tiene poco, en ese lugar se alojan las familias más humildes y con menos recursos de la ciudad, con falta en muchas ocasiones de los recursos más básicos como son el agua, la comida, la asistencia médica y la educación.

Todos los alumnos y alumnas de estas escuelas pasan por muchas dificultades, y el requisito para entrar a esas escuelas es no tener recursos, para que así les puedan brindar una gran oportunidad, estudiar, formarse y un plato de comida al día. De este modo, quiero reflejar las situaciones por la que miles de personas (niños y niñas) luchan todos los días por crecer y aprovechar las oportunidades que les brinda la vida. Cada mañana en esas escuelas, no hay alumnas y alumnos que no te escuchen, te abracen o te regalen una sonrisa, ellos y ellas son ricas por su naturaleza por su forma de seguir adelante y de crecer cada día más ante todas las adversidades a las que se enfrentan. Y en ese punto y contexto, es donde uno empieza a entender y aprender el valor humano, el valor del esfuerzo y el sacrificio.

A todas horas y todos los días luchan contra su difícil realidad, aprovechan cualquier oportunidad para mejorar e intentan sobre todo sobrevivir. Y ahí se vuelven ricos por su fortaleza y sus ganas de superación, porque hacen como dice Muhammad Ali, que: “No cuenten los días, si no que los días cuenten”. Desde el más pequeño al más grande, desde el portero hasta el equipo de profesoras y profesores, psicólogos/as y cocineras. Todos luchan por sacar este proyecto adelante, por conseguir y por lograr dejar un futuro mejor para mañana, es por ello, que se mide su riqueza por la calidad de las personas, porque tratándolas observas que ellas y ellos saben lo que realmente es necesario para lograr un cambio, que es mejorar en ellos mismos y luchar desde pequeños por las desigualdades a las que se enfrentan, nutrirse y cultivarse de saber para luchar con cabeza y conseguir un trabajo mejor para mañana, y, sobre todo, ser escuchados y valorados.


Contexto

Situada en el centro del istmo centroamericano, limitando al oeste con Guatemala y El Salvador, al norte con el Mar Caribe, al este con Nicaragua y al sur con el Océano Pacífico, se encuentra Honduras con aproximadamente 9.523.621 habitantes. Distribuidos en 18 departamentos: Atlántida, Choluteca, Colón, Comayagua, Copán, Cortés, El Paraíso, Francisco Morazán, Gracias a Dios, Intibucá, Isla de la Bahía, La Paz, Lempira, Ocotepeque, Olancho, Santa Bárbara, Valle, y Yoro.

Tegucigalpa es la gran capital de Honduras, una ciudad de montaña, donde el tráfico y el caos lideran su centro. En ella, el 54,0% de la población vive por debajo del umbral de pobreza y el 28,9% en condiciones de pobreza extrema, según el Instituto Nacional de Estadística, informe de Hogares en situación de Pobreza, julio 2021. Con el 11, 5% de la población analfabeta y con un promedio de solamente 8 años de estudios, es decir, que la mayoría no llegan a terminar una educación secundaria.

Por otro lado, el nivel de pobreza se ha incrementado respecto a los datos del año 2018, un 48,3% de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza y el 22,9% en condiciones de pobreza extrema. Los datos señalan que la pobreza es más grave en el área rural, donde el porcentaje de la población bajo el umbral de la pobreza alcanza a más de la mitad de los hogares (38,4% urbano y 60,1% rural).

En el caso particular de la desigualdad entre hombres y mujeres, ésta se refleja a través del índice de desigualdad de género (0,423), que sitúa a Honduras en el lugar 132 de 189 países. Aunque se ha reducido en los últimos años, la inseguridad ciudadana continúa siendo un grave problema en Honduras. Las tasas de violencia alcanzaron su punto más alto en el 2011, registrando 7.104 muertes violentas y elevando el índice de homicidios a una tasa de 86,5 homicidios por cada cien mil habitantes (pccmh), lo que colocó a Honduras como el país más violento del mundo ese año. A partir de 2012 la tasa de homicidios comenzó a reducirse. Según datos preliminares del Departamento de Estadísticas Policiales de la Secretaría de Seguridad de Honduras, el año 2021 se cerró con una tasa de homicidios de 34,97 por cada 100.000 habitantes. Asimismo, según el informe de Percepción Ciudadana sobre Inseguridad y Victimización en Honduras en 2019 del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), la inseguridad ocupa el segundo lugar en los problemas de mayor importancia para la población hondureña (35,7%), solo por detrás de los problemas económicos (36,8%) y por delante de la corrupción (24,5%) (DGC, 2022).


Intervención

Tras estos datos tan estremecedores, gracias a la oportunidad de la beca del CICODE para ir a Honduras a realizar actividades conducentes a la elaboración de mi Trabajo Fin de Máster, me pregunté cómo futura profesional de la educación, como se pueden encontrar emocionalmente los y las jóvenes que estudian en los centros y escuelas de Tegucigalpa, especialmente de las escuelas de Santa Teresa de Jesús y en la Escuela Virgen de Suyapa de la asociación de ACOES.

Consideré que el esfuerzo del personal docente debe estar dirigido a satisfacer las necesidades sociales y emocionales del alumnado para mejorar su rendimiento académico. Y, de ese modo, otorgarle responsabilidad social para intentar disminuir los comportamientos de riesgo como son la violencia, la delincuencia, el uso de drogas y actividades sexuales irresponsables. Es por ello, que considero que la escuela puede brindar la oportunidad para desarrollar prácticas de conductas emocionales y sociales apropiadas, tanto dentro del ámbito educativo como fuera de él. En Honduras, muchos jóvenes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad donde sus derechos son violados y esto conlleva a que muchos de ellos y ellas abandonen sus estudios por necesidad de trabajar, e incluso, adoptar las mismas conductas violentas que les rodean.

Para hacer frente a esa situación considero que es necesario que el personal educativo tome conciencia de las necesidades de su alumnado, y conozcan al público al que se dirigen en clase, para mejorar el ambiente y reforzar las habilidades individualmente y grupalmente. Por ello, considero que es necesaria una evaluación del estado emocional de los alumnos y alumnas al que nos dirigimos en lugares o escuelas con alto riesgo de exclusión social. Para, finalmente, elaborar una posible intervención en caso de que sea necesario y mejorar los resultados del alumnado en estado de vulnerabilidad, y así disminuir las conductas violentas o tasa de abandono educativo en la adolescencia, estableciendo futuras herramientas de ayuda para la juventud.


Desarrollo de la evaluación.

Los objetivos planteados fueron los siguientes: conocer el coeficiente de inteligencia emocional y el estado de ánimo en el alumnado de las escuelas de Santa Teresa de Jesús y en la Escuela Virgen de Suyapa; y describir el nivel en las capacidades intrapersonal, interpersonal, adaptabilidad y manejo del estrés.

Colaboraron 69 jóvenes entre 15 y 18 años, de los cuáles acabamos con un total de 52 participantes entre hombre y mujeres, a los cuales se les evaluó mediante el inventario validado de “BarOn EQ-i:YV. Inventario de inteligencia emocional de BarOn: versión para jóvenes”. Y se realizó en grupos mixtos de 10-15 alumnos, a los que se les explicó brevemente las instrucciones.


Resultados y comparativa


Foto 1: resultados del inventario de inteligencia emocional de BarOn


Los resultados del coeficiente de inteligencia emocional total sobre los estudiantes hondureños y hondureñas de las escuelas de ACOES, Virgen de Suyapa y Santa Teresa de Jesús de entre 15 y 18 años, muestran que tienen una capacidad emocional y social adecuada, al igual que, la capacidad interpersonal y el estado de ánimo. La capacidad interpersonal y el manejo del estrés se encuentran subdesarrollados, mientras que la adaptabilidad se encuentra bien desarrollada. Estos resultados, nuevamente, ponen de relieve la importancia de la inteligencia emocional en la satisfacción con la vida, muestra que a pesar de que las necesidades de la vida no están satisfechas, la comprensión y el uso positivo de las emociones ayudan a realizar una vida satisfactoria (Olasupo MO, et al. 2021).

Otros estudios, también confirman que las personas con mayor estatus socioeconómico se enfocan más en sí mismas y menos en los demás, al contrario que la población de clase baja y, en consecuencia, tienen una inteligencia emocional más baja (Schmalor, 2022; Dietze, 2016; Kraus 2010). Puede ser que, el hecho de que sepan ayudarse entre ellos mismos y colaborar, para intentar mejorar sus comunidades y que puedan prosperar a mejor el día de mañana, los lleve a desarrollar mejor sus capacidades de inteligencia emocional. De esta manera, se podría justificar la capacidad emocional y social bien desarrollada que obtienen en general los estudiantes en adaptabilidad, ya que, las duras situaciones a las que se enfrentan les otorgan una capacidad de aprendizaje de adaptación más temprana y madura, que por ejemplo a personas con un status social más alto.

Con respecto al manejo del estrés, dada la evidencia de que, las personas con antecedentes de abuso tienen dificultades para diferenciar las amenazas y las señales de seguridad durante los paradigmas de condicionamiento del miedo (McLaughlin, et al. 2016) , las personas con antecedentes de estrés en la vida temprana, pueden tener dificultades para identificar las señales de seguridad en las expresiones faciales de los demás, lo que lleva a una desregulación del comportamiento (Herzberg, 2020) . En consecuencia, los estudiantes hondureños sufren constantemente desde pequeñas situaciones de vulnerabilidad, y como dice algunos estudios, este estrés desde la infancia puede dar respuesta a que los adolescentes que han llevado a cabo el estudio hayan demostrado en sus respuestas una capacidad emocional social subdesarrollada.

Se confirma también, que los hombres aventajan a las mujeres en el estado de ánimo y adaptabilidad al igual que el estudio español (Broc, 2019), por lo que, sea el estudiante hombre o mujer, y en diferentes condiciones sociales por la condición propia del país, la puntuación no se ve afectada en estas capacidades.

Con todo ello, el profesional de la educación se enfrenta a unos estudiantes con una inteligencia emocional adecuada, que únicamente deben de controlar su estrés debido a las situaciones que sufren en su día a día, por lo que, en estos centros educativos deben contar con un personal cualificado como son psicólogos y educadores que tengan las herramientas para detectar y ayudar el manejo del estrés que los alumnos y alumnas presenten.


Conclusiones

La inteligencia emocional debe de ayudar a conectar entre las personas, forjar relaciones sinceras, resolver conflictos y expresar realmente nuestros sentimientos y emociones de forma correcta.

En Honduras, un país donde todavía reina la pobreza y la violencia, es difícil encontrar a personas que confíen en los demás, suelen mostrar desconfianza por sus vecinos, aunque es verdad, que en todo momento intentan ayudarse entre ellos para mejorar sus vidas, pero se observa la falta de confianza para expresar sus emociones más sinceras entre la misma población, debido a toda la inseguridad que les rodea, por lo que, es muy difícil gestionar sus emociones, y constantemente se encuentran o se sienten reprimiendo sus sentimientos más verdaderos.

Este estudio ha comprobado que la juventud hondureña en riesgo de exclusión social, mantiene una capacidad emocional y social adecuada independiente de su forma de vida. Por otro lado, hemos observado que tiene una gran capacidad de adaptabilidad, que podría deberse a todas las adversidades a las que se enfrentan en su vida constantemente, ya que ellos mismos comentan que cada día es un acto de supervivencia, porque viven con la incógnita de que cualquier cosa puede suceder. Por ello, se podría decir que, la falta de capacidad emocional y social relacionada con el manejo del estrés, podría relacionarse con el no saber qué va ocurrir cada día o la desconfianza que les da su propio entorno.

Destacar que la inteligencia emocional ayuda a construir el pensamiento que la memoria almacenará, porque la inteligencia emocional es la que lidia con el mundo exterior e interior que nos hace que nos podamos adaptar a las situaciones de manera exitosa, con la función principal de anticiparnos, para mejorar nuestra actitud y aptitud sobre la vida.

Esta experiencia me ha llevado a ampliar mis conocimientos y forjar lazos más fuertes entre las personas de diferentes culturas, me ha enseñado a valorar lo que vale la vida humana. Independientemente de nuestra situación, todas las personas tenemos las mismas preocupaciones y reflejamos nuestras emociones de mismo modo.

Hoy en día, tras la primera experiencia y la segunda, sigo manteniendo el contacto con muchas personas que me brindaron la oportunidad de conocerlas a un nivel más profundo, me ayudaron a entender muchas situaciones, y actualmente, me siento capaz de compartir todas estas experiencias con gente de aquí, para que sean capaces de ver algo más y dejar la ignorancia a un lado, para crecer personalmente y como humanidad.

Me gustaría concluir diciendo que: una vez que ves otras realidades, compartes experiencias, culturas y saber, te das cuenta que uno no es rico por lo que tiene o por donde vive, si no por la persona que llega a ser, por su lucha interna y por querer hacer algo bueno en la vida, que a veces es solo por dejar su propia huella. Y a mí muchas personas de Honduras me dejaron su huella clavada. Son personas ricas con ganas de cambiar sus vidas, pero con un entorno difícil donde desarrollarse.


Referencias bibliográficas

- Dirección General de Comunicación, Diplomacia Pública y Redes. OFICINA DE INFORMACIÓN DIPLOMÁTICA: Ficha Honduras. [Internet]. 2022. Disponible en: https://www.exteriores.gob.es/Documents/FichasPais/HONDURAS_FICHA%20PAIS.pdf

- Instituto Nacional de Estadística, informe de Hogares en situación de Pobreza, julio 2021. https://www.ine.gob.hn/V3/imag-doc/2020/10/cifras-de-pais-2019.pdf

- Olasupo MO, Idemudia ES, Kareem DB. Moderated mediation roles of social connectedness and optimism on emotional intelligence and life satisfaction. Heliyon. 13 de mayo de 2021;7(5): e07029.

- Schmalor A, Heine SJ. Subjective Economic Inequality Decreases Emotional Intelligence, Especially for People of High Social Class. Soc Psychol Personal Sci. marzo de 2022;13(2):608-17.

- Dietze P, Knowles ED. Social Class and the Motivational Relevance of Other Human Beings: Evidence From Visual Attention. Psychol Sci. noviembre de 2016;27(11):1517-27.

- Kraus MW, Côté S, Keltner D. Social class, contextualism, and empathic accuracy. Psychol Sci. noviembre de 2010;21(11):1716-23.

- McLaughlin KA, Sheridan MA, Gold AL, Duys A, Lambert HK, Peverill M, et al. Maltreatment Exposure, Brain Structure, and Fear Conditioning in Children and Adolescents. Neuropsychopharmacology. julio de 2016;41(8):1956-64.

- Herzberg MP, Gunnar MR. Early life stress and brain function: Activity and connectivity associated with processing emotion and reward. Neuroimage. 1 de abril de 2020;209:116493.

- Broc Cavero M. Inteligencia emocional y rendimiento académico en alumnos de educación secundaria obligatoria. REOP - Revista Española de Orientación y Psicopedagogía. 1 de julio de 2019;30:75.




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