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Mi experiencia de voluntariado en Fundación Creciendo Unidos, Bogotá

Mi nombre es Julia, tengo 26 años y soy estudiante del máster de cultura de paz, conflictos, educación y derechos humanos, aunque mi rama profesional es la criminología. La cooperación al desarrollo ha sido un campo donde siempre me ha gustado verter estos conocimientos, así que decidí presentarme a la convocatoria de voluntariado internacional de CICODE. A continuación comentaré brevemente mi experiencia y las labores a las que me dedicaba.





Mi experiencia de voluntariado se desarrolló en Bogotá, concretamente en la Fundación Creciendo Unidos, dedicada principalmente a la atención de las infancias. Desarrolla numerosos proyectos con un enfoque centrado en el acceso y ejercicio de los derechos por parte de los niños y niñas de una forma autónoma y participativa, alejándose de las visiones adultocéntricas de sus propias necesidades.

El proyecto al que me adherí, trabaja con migrantes venezolanos en Colombia, concretamente en la “Promoción de la integración social y mejor acceso de los derechos de niñas, niños, adolescentes y familias migrantes venezolanas”. Se trata de un proyecto organizado en cuatro años, donde se establecen numerosos objetivos: primero ofrecer orientación jurídica a los y las migrantes tanto para educación, salud y regulación de su estatus migratorio, ayuda psicosocial, ayuda humanitaria, orientación laboral y formación, entre otros. Recorre algunas localidades de Bogotá y Cúcuta, prestando especial atención a los derechos de los y las niñas.


Sin duda, los principales aprendizajes que me gustaría señalar son tanto los y las profesionales que han sido compañeros y prácticamente familia, de los cuales he obtenido una visión muy personal y profesional de los contextos vividos. En especial, debo agradecer a mi coordinadora, que pasó tardes y tardes charlando conmigo para que pudiera entender la política, las condiciones económicas o la historia de Colombia. Y es que este voluntariado ha sido complejo, porque tenía que conocer y adaptarme a dos contextos totalmente nuevos, que se ramifican entre sí: el colombiano y el venezolano. La crisis actual es sumamente compleja, tergiversada además por discursos políticos y redefinida por la situación de Covid-19. Por ello, agradezco tanto al equipo por haberme incluido como una más y darme flexibilidad para plantear actividades.

A raíz de ello, me permitieron realizar labores en conexión con mi rama profesional, por lo que me dediqué durante seis semanas a reflejar las diversas violencias que sufren las infancias migrantes venezolanas. Analizando aspectos tanto de violencia estructural, cultural y directa, las conclusiones son claras: el derecho al desarrollo de los niños y niñas, está gravemente afectado tanto en el país de origen, en el tránsito y en el país de destino. La falta de recursos, de integración socioeconómica para las familias, la xenofobia, el cierre de las fronteras, el contexto violento que asola a Colombia y las dificultades de acceso a la educación, son las principales barreras que enfrentan para su integración y desarrollo. La realización de este informe ha sido sin duda una de los mayores aprendizajes profesionales que he tenido, pero también personales. Cada historia, cada circunstancia, las llevo grabadas y seguiré trabajando para llevarlas a más personas.

El voluntariado no es sólo el proyecto en sí como ven, son todas las personas que intervienen en la experiencia, las conversaciones, las comidas, los viajes, los conciertos… Colombia tiene tantos matices y colores que observar, tantas culturas que conocer… Y Bogotá, una se pierde entre sus rascacielos, graffitis y callejuelas, donde prácticamente cada barrio es un mundo diferente.

Yo solo puedo dar gracias por esta experiencia, que me ha llenado de conocimiento, curiosidad, lazos...Pero sobre todo, tengo que valorar que me ha llenado un poco de esperanza, donde, pese a toda las violencias a las que debemos enfrentarnos, la desigualdad y otros horrores de nuestra realidad, hay personas y proyectos que luchan día a día por acercarnos a un mundo más justo. Por ello, también me gustaría añadir que la entidad colaboradora en España es Setem, pues podemos y debemos colaborar en esta lucha de forma local; en cada contexto. Setem se dedica al comercio justo, donde hemos desarrollado labores de sensibilización a través de performances y talleres. Nos ha brindado un gran apoyo para la organización y ejecución del viaje, así que animo a todas a colaborar en esta entidad aquí en Granada!


Y por último un consejo: no os perdáis esta oportunidad. Hasta pronto!



Julia Liñan Delgado

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Universidad de Granada
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