María Cabrera Sanz
Nicaragua es el país centroamericano que cuenta con la mayor superficie de agua dulce, poseyendo el décimo lago más grande del mundo, el Lago Cocibolca, y el único tiburón de agua dulce, gracias a que el Río San Juan comunica el Mar Caribe con el Lago de Nicaragua. Asimismo, cuenta con un gran número de volcanes, muchos de ellos activos en la actualidad. Nicaragua solo ha vivido 40 años de paz en toda su historia, es, por tanto, tierra de revoluciones y luchas constantes, y pareciera que la tranquilidad que se genera en sus lagos estuviera a punto de verse truncada por el estallido de una nueva colada de algún volcán cercano…
Fotografía 1: Mural conmemorativo en la cancha 23 de julio, en memoria de los y las estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) muertos en mitad de una manifestación a manos de la Guardia Nacional en 1959 en León.
Cuando me dieron la noticia de que podía irme (¡al fin!) a realizar una estancia de movilidad internacional enmarcada en el Programa de Aprendizaje-Servicio en cooperación internacional al desarrollo, no me lo creía, por fin podía hacer eso que tanto añoraba y, sin embargo, parecía no ser mi mejor momento. Me empezaron a entrar muchas dudas y me invadieron los miedos: ¿qué iba yo a hacer en un contexto tan diferente al mío? ¿podría yo aportar algo en positivo a la comunidad en donde iba a realizar mi servicio? ¿me sentiría intrusa en medio de una realidad ajena?
Problemáticas existentes sentidas
Lo cierto es que por mucho que vayamos mental y psicológicamente preparadas, ninguna formación es suficiente hasta que por ti misma te das de bruces, una vez llegas al terreno, con la realidad que viven las personas. Parece que cruzamos el charco y nos encontramos con un mundo paralelo. Mi estancia en Nicaragua ha sido increíble tanto que me parece que escribir unas cuantas líneas en este documento no puede hacerle justicia, sin embargo, me encomiendo a esta tarea.
Nicaragua se presenta como el país más seguro de Centroamérica y uno de los más seguros de toda Latinoamérica, y es que la menor influencia de pandillas hace que el clima sea mucho más tranquilo que el de sus vecinos centroamericanos. Ya en los años 80, el gobierno sandinista promueve la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización “Héroes y Mártires por la Liberación de Nicaragua”, uno de los acontecimientos más relevantes de la historia social nicaragüense, gracias a la misma la tasa de analfabetismo estructural se redujo en gran medida. Es por ello que, la educación siempre se ha encontrado en el punto de mira, siendo una de las prioridades del gobierno ya que desde el propio estado es concebida como un “pilar fundamental para el desarrollo humano” (Castillo, 2019). Es importante resaltar cómo la cruzada respetó las lenguas indígenas que se hablaban en el país, de manera que se incorporaron capacitadores a las unidades de alfabetización que enseñaban a leer y a escribir a la población en su lengua materna (miskito, sumo-mayagna e inglés criollo).
Remontándonos a las cifras más recientes, hallamos que la tasa de alfabetización en adultos (a partir de personas de 15 años o más) se encuentra en un 82,61% (UNESCO, 2015), nada que ver con los porcentajes que se manejaban 40 años atrás en donde la tasa nacional de analfabetismo se situaba en el 50,35%, donde el medio urbano representaba el 28,11% y el medio rural el 76,15% (Costa, 2019). No debemos de olvidar estas cifras desagregadas en medio rural y urbano ya que estas diferencias también se evidencian en la actualidad.
Otras de las problemáticas en relación a la población nicaragüense (la cual yo sentí especialmente) la hallamos en cuanto a la violencia hacia la mujer y es que rescatando cifras que podrían dejarnos perplejas; el 52 % de las mujeres en Nicaragua ha experimentado violencia de diverso tipo a lo largo de su vida (Boyce et al., 2016). Otros estudios han encontrado que cerca del 46 % de las mujeres que sufrieron violencia de pareja experimentaron maltrato físico infantil o fueron testigos de violencia en el ámbito familiar (Rivas et al., 2018). Cierto es que, la brecha de género en Nicaragua se encuentra en un 80,4%, es decir, se sitúa en la quinta posición del ranking mundial en menor brecha de género, es decir, hallamos una equidad contrastada en el ámbito público entre mujeres y hombres. El Foro Económico Mundial proyecta que, de seguir con este avance en 2034, Nicaragua cerrará esta brecha (Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026). Es por ello que, el país ocupa el tercer lugar con mejor balance de género en el mundo (Informe ONU Mujeres, octubre 2019). Ambos datos se basan en los avances en la paridad de género (50% hombres y 50% mujeres) en los cargos políticos (alta representación de legisladoras, ministras y alcaldesas). Asimismo, se han mostrado avances a través de la aprobación de la Ley Integral 779 sobre Violencia contra la Mujer, la importancia de la Comisaría de la Mujer que atiende denuncias de mujeres víctimas de violencia machista y a la elaboración de guías de educación sexual para los jóvenes. Además, en 2020 fue aprobado el protocolo de atención integral para niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual.
Llegados a este punto cabe preguntarse por qué saco a la luz estos datos y es que por mucho que hablemos en números, el verdadero impacto ocurre cuando personificas estos datos en las realidades de las personas que vas conociendo a lo largo de tu estancia.
Fotografía 2: Embarazadas adolescentes junto con Karla, la enfermera del Hogar, realizando el encuentro mensual en Casa Materna.
Programas que se llevan a cabo
Durante mi estancia tuve la oportunidad de integrarme en los diversos programas que llevan a cabo en la Fundación Civil Hogar Luceros del Amanecer, más adelante hablaré de ella como “El Hogar” porque para mí también ha llegado a ser exactamente eso, una familia, un lugar de encuentro, un hogar.
Una de las experiencias más impactantes de mi estancia en el Hogar fue el integrarme en el programa “Una vida a la vez” el cual tiene el objetivo de ofrecer una atención integral a las embarazadas adolescentes de Camoapa y comarcas rurales de alrededor.
Nicaragua es un país muy fértil, no solo hablando de sus maravillosos paisajes, donde el verde predomina por encima de cualquier color, sino que tiene una tasa de natalidad que se sitúa entorno al 19,79% (DatosMacro, 2020), siendo el rango de población más voluminoso el que abarca de los 5 a los 9 años (9,94% de la población total), alcanzando el rango de 0 a 14 años el 29,11% de la población total nicaragüense (DatosMacro, 2021). Es, por tanto, muy representativa la cantidad de niños y niñas que forman parte de la sociedad, siendo la atención integral en estas edades muy importante. El Hogar tiene como finalidad atender a los niños y niñas de Camoapa con bajos recursos, así como a los y las niñas de las comarcas de Laguna Negra y Mombacho (escuelas apadrinadas por la fundación). El principal objetivo es que reciban una educación de calidad, atendiendo asimismo las áreas de nutrición, atención psicológica, refuerzo escolar, actividades extraescolares como música, danza, canto, pintura… de modo que se puedan detectar también, las necesidades existentes dentro del núcleo familiar para mediar en la búsqueda adecuada de soluciones.
Fotografía 3: Escuela apadrinada de Laguna Negra mientras realizábamos un club de lectura con los niños y niñas de 1º a 3º de primaria.
El municipio de Camoapa lo constituyen 11 barrios de los cuales: uno se encuentra en nivel de pobreza severa, uno en nivel de pobreza alta, otro en nivel medio y el resto en nivel bajo. Las comarcas de Laguna Negra y Mombacho se encuentran en nivel bajo (Mapa de Pobreza Municipal, 2005). Estos son los datos más recientes que podemos obtener, pero bajo mi percepción la pobreza observada en la actualidad es de un nivel medio-alto.
Durante mi estancia pude realizar varias visitas domiciliarias a las casas de los niños y niñas del Hogar, lo que para mí significó uno de los choques más grandes que experimenté a lo largo de aquellas semanas. Muchas veces, cuatro paredes de zinc con un techo del mismo material, dando lugar a una sola habitación en la que habitaban 5 o más personas, conformaban una casa. Más para mi sorpresa, en algunos de los barrios camoapeños no llega la red de suministro de agua por lo que las familias se ven avocadas a ir diariamente a un pozo a por agua. Comparaba mi situación con la de ellas y me sentía toda una privilegiada porque en mi casa nica teníamos agua tres días sí y tres no, pero al menos abría el grifo en los primeros días y brotaba el agua como si de una fuente en mitad del desierto se tratase.
Sin embargo, como bien dice el refrán “no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita” (que esto no se entienda como una romantización de la pobreza ni mucho menos por mi parte), y es que todas las familias a las que visitábamos nos acogían con los brazos abiertos, nos ofrecían café caliente y algo de comer, nunca nos faltaba asiento ni mucho menos una sonrisa en la cara de todas ellas quienes nos agradecían el detalle de irlas a ver a sus propios hogares.
“Ojos vemos, corazones no sabemos”
La hospitalidad nicaragüense rebosa en todas sus formas, si bien es cierto que mi privilegio de mujer blanca (chelita como me llamaban allá) y española no debe de ser obviado. Mis días en terreno fueron tan intensos en gran parte gracias a la familia que me acogió. El Hogar se encarga de que las personas voluntarias que vienen a la entidad se hospeden en casas de familias de Camoapa. En mi caso me acogieron en la familia Ortega López y puedo decir que casi cambio mis apellidos a estos porque para mí representaron el concepto de familia con todas sus letras durante mi estancia en su hogar. Aún recuerdo con nostalgia las pláticas en las tardes de lluvia, los abrazos nada más amanecer, el desayuno con gallo pinto, los juegos con los niños, los momentos compartidos y todo lo aprendido con y de ellos/as, algo que guardo como un gran tesoro dentro de mi joyero de pita que me regalaron al irme de viaje.
Fotografía 8: Niñas del Hogar bailando ballet folklórico en la celebración por el Día del Padre.
El futuro
Si me preguntan por el futuro de Nicaragua les diría que es incierto que no sabemos cómo evolucionará, aunque una cosa sí que puedo asegurar y es que como leí en una de las placas conmemorativas del FSLN: “Mientras Nicaragua tenga hijos que la amen, Nicaragua será libre”. Y es que solamente los y las nicaragüenses han de ser los que escriban las hojas de su historia, sin intervencionismo de otros estados, sin imperialismos, despojándose de su pasado colonial, conservando su idiosincrasia, lenguas y costumbres, luchando por salir adelante como hacen sus gentes día tras día.
El aprendizaje más valioso que me llevo es que he aprendido que no podemos juzgar las situaciones o percepciones de las personas de allá con nuestro pensamiento occidental, que hemos de comprender las realidades de la gente y cómo ellos y ellas las viven para intentar cambiar o revertir las situaciones injustas o violentas. Y es que, si no hacemos esto primero, es imposible que podamos avanzar en el camino correcto.
Este es el verdadero sentido de la cooperación y de la hermandad entre pueblos: ayudarse, retroalimentarse y crecer mutuamente sin relaciones de poder y sumisión.
Fotografía 9: Monumento en la ciudad de Juigalpa (Chontales).
Conclusiones
No me olvido de dónde vengo ni de dónde provengo, soy más consciente que nunca de mis privilegios y el choque post retorno es tan duro que en muchas ocasiones la culpa se ha apoderado de todos mis pensamientos y sentimientos. Poco a poco voy asimilando todo lo que allá viví, aunque muy probablemente esta haya sido la experiencia que marque un principio y un final en mi vida, que sea un punto de inflexión, quizás por ser la primera y también porque espero que no sea la última.
En mí quedan todos los momentos vividos, los sentimientos y pensamientos que me ha generado mi estancia de voluntariado, todos los lazos que he construido y las personas que me han aportado tanto conocimiento, sabiduría y cariño en el proceso, y todo ello; es parte de mí ya. Esta estancia de voluntariado ha sido una pequeña introducción al mundo de la cooperación, la cual puedo resumir en que: cambiar realidades se traduce en cambiar tu forma de percibir y ver el mundo, es crecer como persona y ser humano, es vivir en el momento presente y luchar por un mundo más justo.
Referencias bibliográficas
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Castillo, M. S. (2019). La alfabetización en lenguas maternas en la Coara del Caribe fue parte de la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización en nuestra Nicaragua, Semanario Ideas y debate, Centro de Estudios del Desarrollo Miguel d’Escoto Brockmann, UNAN- Managua, 3-8 https://www.unan.edu.ni/wp-content/uploads/unan-managua-semanario-no-17-cedmeb.pdf
Costa, C. M. (2019). Alfabetización: experiencias transformadoras desde la Patria Grande, Semanario Ideas y debate, Centro de Estudios del Desarrollo Miguel d’Escoto Brockmann, UNAN- Managua, 28-40 https://www.unan.edu.ni/wp-content/uploads/unan-managua-semanario-no-17-cedmeb.pdf
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