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Totonicapán y los 48 cantones. Tierra de la cultura maya - k’iché. Paula Pereira Lozano.


Primera entrada:


Totonicapán es una ciudad que se encuentra a unos 200 km de la capital Ciudad de Guatemala, en Guatemala, a más de 2000 metros de altura sobre el nivel del mar. Su nombre viene del Nahuatl Atotonilco o Totonilco que significa “lugar del agua caliente”. Antes de la invasión y colonización española, Totonicapán era uno de los sitios más importantes del Reino K’iché. Por lo que en la ciudad conviven el español y el k’iché. Además, es una ciudad rodeada por las montañas de Cuxniquel, Itzel Ahual y, la más importante, la de Chuitamango. Más o menos esto fue lo primero que googleé cuando supe que iba a iniciar una aventura de 8 semanas en Totonicapán, Guatemala.


Después de lograr cerrar dos maletas llenas de ropa para el frío y de muchos “por si acasos” puse rumbo a un viaje que duraría 16 horas y que aterrizaría en la capital Ciudad de Guatemala. Desde el primer momento que pisé tierras centroamericanas pude notar el bullicio de la gente y los ‘carros’. Mucho ruido, todo el tiempo. Pero sobre todo me llamó la atención el respeto y la educación que me brindaba cada persona que conocía y, de esta manera, lograba hacer desaparecer el miedo de sentirme a más de 8500 km de mi casa y con 8 horas de diferencia horaria.


Al principio veía todo desde una mirada atenta y curiosa. Todo me parecía completamente desconocido. Los autobuses al estilo “americano” y customizados; los ‘tuk tuk’ o mototaxis de 3 ruedas con los que se mueven las personas de la ciudad; las mujeres y niñas vistiendo el traje típico con su cesta en la cabeza o cargando el hijo a la espalda; los puestos del mercado todos los días aunque no sea día de plaza; los altavoces en los coches anunciando a la ciudadanía cualquier evento de la ciudad; la cantidad de sitios para comer “pollo campero” o las tortillas recién hechas.


Autobús o ‘camioneta’ estacionada en la terminal de autobuses de Totonicapán junto a mototaxis o ‘tuk tuk’.


Pero una de las cuestiones que más ha llamado mi atención es la forma de organización territorial y el respeto por preservar su identidad indígena. Por un lado está la municipalidad o ayuntamiento que se encuentra en el centro de la ciudad y también están los 48 cantones.


Un cantón es una comunidad y en la ciudad conviven muchas comunidades rurales, de hecho son más de 48, aunque se le denomina de tal manera por una cuestión burocrática. En cada uno de los cantones existe una alcaldía comunal compuesta por el alcalde comunal, el cual distingue su autoridad a través de una vara que lleva consigo siempre.


Este alcalde es elegido democráticamente cada año en el mes de noviembre y entra a formar parte de un servicio comunitario que debe proporcionar a su comunidad. A este servicio comunal se le conoce con el nombre de ‘K’axcol’ que significa ‘servicio comunitario con dolor’. Se le denomina así porque son 24 horas los 7 días de la semana durante un año. En general unos 3000 hombres y mujeres voluntariamente ayudan en las necesidades de la vida en comunidad. Por ejemplo, entre las labores de este servicio comunal existe los ‘vecinos organizados contra la delincuencia’ en la que los habitantes de la comunidad se coordinan para evitar que haya robos o atracos en su cantón. Este servicio comunitario históricamente y culturalmente siempre se ha llevado a cabo y permite un mayor ordenamiento territorial y mejora el desarrollo comunal.


Por ejemplo, la alcaldía de la comunidad de Nimasac la componen 65 miembros y dentro de la misma se resuelven problemas relativos a la educación; la salud; el agua y un largo etcétera. Nimasac, en k’iché, ‘nim’ significa “grande” y ‘saq’, “llano”. Es considerada una de las comunidades mejor organizadas a nivel sociopolítico del departamento.


Además de las alcaldías comunales existe una junta directiva de los 48 cantones que está formada por representantes de cada comunidad que se reúnen en la casa comunal cada 2 o 3 semanas para resolver problemas comunales.


Por lo que existe una forma de gobierno urbana, denominada municipalidad y la rural o los 48 cantones. Ambas formas de gobierno trabajan unidas en beneficio de la ciudadanía del departamento. Es de gran relevancia esta forma de organización territorial ya que en el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas (AIDPI) firmado en 1995 se resalta la importancia que ejercen las autoridades indígenas en la reconciliación del país y en el mantenimiento de la paz social. En general en toda Guatemala conviven pueblos Maya, Garifuna y Xinca.


También, a parte de la organización territorial, se puede observar como Totonicapán es una ciudad que brinda apoyo a la cultura del país y del propio departamento. Prueba de ello es ‘la casa de la cultura’. En ella se reúne la biblioteca y hemeroteca municipal; un salón para exposiciones y conferencias; la morería o el lugar donde se confeccionan y alquilan los trajes típicos de las danzas y tradiciones populares, entre las que se encuentran: la Danza de los Moros y Cristianos; Venados; Mexicanos; Xecalcojes; Pascarines; de la Conquista, entre otros. Además de contar con un espacio específico para las clases de música y otro destinado a los diversos talleres que se imparten desde la oficina municipal de educación, tales como: el club de lectura; estimulación temprana o la clínica psicológica. Esta última supone una nueva iniciativa que brinda apoyo psicológico de manera gratuita, poniendo en valor la importancia de la salud mental y eliminando estigmas sociales que desafortunadamente aún persisten en la ciudadanía.



Este es el patio de ‘la casa de la cultura’ un lugar donde se realizan actividades con los habitantes de Totonicapán


En general esta experiencia supone una oportunidad única para conocer de cerca la cultura k’iché y en especial la totonicapense. Además de poder ayudar en todo lo necesario a las comunidades y/o a las problemáticas relativas con la educación.


Segunda entrada: La educación y la comunicación: dos herramientas fundamentales para el futuro de Totonicapán.

 

La educación en Totonicapán cubre todos los niveles: Kinder, Párvulos, Preprimaria, Básico, Diversificado y Superior. Y en la ciudad se encuentran las escuelas públicas o de tipo federación y los colegios privados. Aquí se distinguen entre “escuelas” y “colegios”. Los primeros siempre públicos y los segundos privados.

 

Pero en el municipio, a pesar de contar con diferentes escuelas y colegios, la realidad es que existe una baja alfabetización porque los niños y niñas y jóvenes, en muchas ocasiones, no asisten a la escuela debido a diferentes causas, entre las que se encuentran: la falta de interés en los padres de familia y de los propios jóvenes y por trabajo a temprana edad. Esta última causa muchas veces la realizan obligados por sus padres.

 

Según se indica en la Política Municipal de Educación Intercultural (2019-2025), o comúnmente conocida por la Política MEI, desde la educación formal los principales problemas son: la falta de comprensión lectora y lógica matemática; la inseguridad alimentaria que afecta directamente a la capacidad de los niños y niñas para aprender; la infraestructura de los centros educativos muchas veces no proporciona espacios saludables para propiciar procesos de enseñanza y la ausencia de motivación que muestran muchos padres por apoyar la educación de sus hijos.

 

Todo lo anteriormente señalado tiene una repercusión directa en varias cuestiones como el fracaso de los estudiantes al no superar las pruebas de conocimientos básicos para ingresar a la universidad, lo que a su vez les dificulta acceder a puestos de trabajo en el que se requieren competencias superiores como el conocimiento de una lengua extranjera, como puede ser el inglés y el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC).

 

El voluntariado que estoy realizando se centra en realizar actividades de comunicación para promover las actividades que, desde la oficina de educación de la municipalidad, se llevan a cabo y, además, ayudar a la concienciación de la sociedad sobre los temas que afectan a la educación en Totonicapán.

 

Actualmente he visitado la comunidad de Paxtoca, perteneciente a los 48 cantones, y ahí he podido acudir a la escuela rural de Chibatz. En ella he participado en una actividad de reforestación con los niños y niñas de quinto y sexto de primaria. Mi objetivo era grabar vídeos para después realizar un vídeo resumen que promocionase la actividad de la escuela en la página de Facebook de la Municipalidad, así como pudiese sensibilizar a la población de la importancia de ser respetuoso en el cuidado del medioambiente y, en concreto, de los bosques.


Un grupo de estudiantes de la Escuela de Chibatz se dirigen al bosque en la comunidad de Paxtoca para aprender la importancia de preservar el medioambiente.



Dos niñas de la Escuela de Chibatz aprenden a plantar árboles en el bosque de la comunidad de Paxtoca.

 

En esa misma escuela he grabado un vídeo de entrevistas a padres y madres y docentes para poner en valor el trabajo que tienen los familias en la educación de sus hijos e hijas, señalando que: “la educación empieza en casa”. El principal objetivo, a través de testimonios de padres y madres que apoyan la enseñanza de sus hijos e hijas, es motivar a otras familias y crear conciencia en la importancia que tienen como ejemplo primordial en sus hijos e hijas y en sus futuros.

 

También en Paxtoca, en la escuela Portazuela, tuve la oportunidad de asistir a una feria de la lectura donde los niños y niñas pudieron realizar diferentes actividades desde el teatro y la representación de cuentos a través de títeres hasta la lectura de sus propias historias y adivinanzas. La intención era animar a los jóvenes a seguir leyendo y aprendiendo tanto dentro de la escuela como fuera de esta. Así lo reflejé en un vídeo resumen que realicé de la actividad, así como a través de la creación de material fotográfico. Además, participé en un taller de envasados para padres de familia con la finalidad de promover el emprendimiento y la sostenibilidad económica de los mismos.


Unas alumnas de la Escuela Portazuela representan una obra de teatro delante de sus compañeros.

 

Taller de envasados de duraznos en la cocina de la Escuela Portazuela.

 

Asimismo pude liderar un taller para docentes de la escuela sobre “comunicación no violenta” dirigido a mejorar la comunicación, sobre todo dentro de diversas situaciones de conflicto que se puedan dar dentro del aula. En el taller pudieron trabajar sobre ejemplos reales, identificando la situación desde una perspectiva objetiva, así como aprender a divisar las necesidades y los sentimientos que les generó el conflicto en cuestión.

 

En cuanto a la comunicación realizada en Totonicapán, pude grabar varios vídeos sobre los talleres del club de lectura que se lleva a cabo en la casa de la cultura, así como de estimulación temprana. En el primero se pretende motivar a los niños y niñas para que entiendan la importancia de comprender la lectura a través de actividades dinámicas y juegos. En el segundo se trabaja con niños y niñas de unos 2-3 años y se les ayuda a identificar texturas, colores, formas, etc. De esta manera, poco a poco, se van desarrollando las distintas áreas de su cerebro, desde la motricidad fina y gruesa, la cognitiva o la socioemocional.


Los niños y niñas participan en el club de lectura como parte de las actividades que se realizan en la oficina municipal de educación del municipio.

 

Estas son algunas de las actividades que estoy realizando para la oficina de educación. Considero que la comunicación juega un papel fundamental tanto en la promoción de las actividades como en la sensibilización de las mismas. En cuanto a lo primero, muchos de los talleres que se organizan, si no tienen visibilidad, tanto de vídeo como de fotografía, en las redes sociales, por ejemplo, muchas personas no se enterarían de que se están haciendo esos talleres. Y con respecto a lo segundo, creo firmemente que la comunicación es una herramienta que puede crear y transformar comunidades, aunque los resultados no sean tangibles a corto plazo.

 

En general considero, como lo hizo Paulo Freire y otros educadores e investigadores, que la educación y la comunicación no deben de estar separados. La “educomunicación” pretende poner en valor la importancia de la comunicación bidireccional en el proceso de educación y de la vida en general, para poder formar a personas críticas y reflexivas. Por lo que, de esta manera, tal y como dijo Freire, “la educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.


Un niño lee las historietas que han escrito sus compañeros de la Escuela de Portazuela en Chibatz, Totonicapán.


Septiembre: un mes para celebrar la cultura y la identidad indígena


En Totonicapán más de un 90% de la población es indígena y en concreto, k’iché. Este mes de septiembre es importante para la ciudad porque se celebra el día del patrón San Miguel Arcángel. Entre las celebraciones más destacadas pude acudir el domingo 8 de septiembre a la celebración del VI Festival de la Cultura Totonicapense en la plaza de San Miguel, dónde hubo bailes típicos como los patzcarines, tradicional de la Aldea La Esperanza, en San Miguel Totonicapán, y en aldea Pavotoc, San Francisco El Alto en el departamento de Totonicapán. También se celebró el juego de pelota maya. Un juego ancestral que a día de hoy solo lo practican 15 equipos en toda Guatemala.



FOTO 1. En la foto se pueden ver a dos participantes que están realizando un ritual que dará comienzo al juego de la pelota maya

 

Pero el evento más relevante y esperado del día fue la elección de la reina indígena. Un evento en el que se presentan 8 mujeres indígenas que provienen de diferentes aldeas o cantones de Totonicapán. Cada una de las candidatas representa a su comunidad a través de una estampa, que es como un pequeño teatro, en el que se muestran las diferentes tradiciones y la cultura de su comunidad. En este caso, los cantones que se presentaron fueron: Quiacquix, dos de Chuculjuyup, Chipuac, Patzarajmac, Aldea la esperanza, Xesacmaljá y la Aldea Barraneché.

 

En cuanto a las estampas que cada una representó tenían en común poner en valor la cultura tradicional maya y reivindicar su posición en las comunidades.

 

La reina que representaba al cantón de Quiacquix quiso poner en valor el significado del traje regional. Totonicapán es uno de los mayores productores de telas típicas en el país y,  por ello, la mayoría de sus habitantes se dedican a elaborar restos de trajes a partir de una telares a pedal construidos por ellos mismos. El traje regional del municipio de Totonicapán es utilizado solo en ocasiones especiales. Las partes del traje son: un güipil rojo que representa la sangre que derramaron los ancestros y está decorada con detalles en blanco y negro que significan la oscuridad. El corte representa la oscuridad compuesta por líneas verticales y horizontales que significa la rectitud de los antepasados. El güipil y el corte están unidos a una faja que representa la seguridad de la mujer indígena. Estos son los elementos principales del traje pero existen otros, como la cinta que decora sus trenzas, los aretes, etc.



FOTO 2. Aquí se puede ver como es el traje regional típico de Totonicapán.

 

El mensaje de la estampa iba dirigido a poner en valor las formas de vida tradicionales en Totonicapán, como el uso de juguetes tradicionales versus el uso de las tecnologías actuales.

 

En el cantón de Chipuac se representó una escena de la vida cotidiana, unas mujeres haciendo tortillas para asegurar el almuerzo cuando sus maridos regresen de trabajar en el corte del maíz.



FOTO 3. En la foto aparecen de espaldas tres reinas invitadas que están visualizando una estampa en el escenario del Teatro Municipal de Totonicapán

 

En cambio la Aldea barraneché compartió las costumbres de una ceremonia maya cuando una niña cumple los 15 años de edad. Una edad en la que se deja de ser niña y se asume cierta responsabilidad social.

 

Por su parte, la ganadora de la noche, Vanesa Tócom representando al cantón de Chuculjuyup, realizó una muestra bastante amplia de las tradiciones ancestrales y las actuales de la cultura maya. La reina representaba a una figura ancestral llamada Stzusztzuxel e iba acompañada por el líder Atanasio Tzul, una figura muy importante de la historia de resistencia en Totonicapán, ya que consiguió firmar el acta de independencia de la ciudad. Estas dos figuras forman parte de la identidad local del municipio y la estampa pretendía mostrar la importancia de un intercambio de conocimientos entre, por ejemplo, una curandera que supone una figura de relevancia en el cuidado de las comunidades en la cultura maya y una doctora. Entre estas dos figuras, la curandera enseña el poder de las plantas medicinales a la doctora y esta le ofrece instrumentos médicos para mejorar el diagnóstico de los pacientes.



FOTO 4. Dos integrantes bailan hacia el escenario para representar sus tradiciones y visibilizar parte de su cultura.

 

También se representó la importancia de que los jóvenes en la actualidad se encuentran inmersos en las redes sociales y en las tecnologías y por ende se alejan de su propia cultura y de las buenas prácticas ancestrales, como el respeto a la naturaleza y a la madre tierra. Es por ello que muchos jóvenes tiran la basura a la calle contaminando el medioambiente. Por lo que en la estampa, el mensaje era que los jóvenes difundiesen las buenas prácticas y los conocimientos de sus antepasados a través de las redes sociales. “Todos comprometidos en aprender las buenas prácticas, la ciencia y la tecnología de nuestros antepasados para asegurar el buen vivir de nuestras comunidades”, así lo afirmó el narrador de la historia.

 

Además, se mostró a una familia de agricultores que enseñan a su hijo la importancia de cuidar los bosques, de plantar árboles y evitar la reforestación y el cambio climático. Por último el líder Atanasio Tzul conversa con una alcaldesa comunal para asegurar que se respete la práctica de resolución de conflictos de los pueblos originarios que se ha llevado a cabo en los 48 cantones y en otros pueblos de origen maya.

 

En general este evento pone en valor el rol de la mujer indígena, la cual tiene una relevancia indiscutible para la defensa del territorio y sobre todo para la pervivencia de las costumbres y de la identidad maya. Tres días antes de la celebración del evento, el 5 de septiembre fue el Día internacional de la mujer indígena y desde las redes sociales de la municipalidad han afirmado “las mujeres indígenas son reconocidas como las protectoras y guardianas de los valores culturales y las garantes de la permanencia de sus pueblos; por ende, violaciones a sus derechos culturales suelen ocasionar violencia espiritual en contra de las mujeres indígenas”. Por lo que este evento supone una victoria para la mujer indígena porque tras años de represión y lucha, puede ocupar espacios públicos y reivindicar su cultura y la de su comunidad.

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