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La situación de la mujer en las comunidades rurales del Valle de Cusco

INTRODUCCIÓN

De entre todo el abanico de países, pueblos y culturas que conforman América Latina, Perú es, sin duda, un lugar increíble para enriquecerse y aprender. Nuestra experiencia como cooperantes en terreno ha sido apasionante, ya que hemos conocido formas de vida, filosofías y métodos completamente diferentes a lo que estamos acostumbradas. Y, como en cada rincón del mundo, también nos hemos encontrado con problemáticas complejas y difíciles de abordar. Uno de estos casos es el de la cuestión de género y violencia contra las mujeres en los contextos rurales del Cusco, una región montañosa con núcleos de población inaccesibles en muchos sentidos.

En el Perú viven alrededor de 33 millones de personas, de las cuales prácticamente la mitad son mujeres. Una de cada cinco mujeres peruanas vive en una zona rural, siendo los departamentos de la sierra, como es el Cusco, los que cuentan con mayor extensión de las áreas rurales.

Las mujeres rurales juegan un papel imprescindible en el desarrollo sostenible del país, puesto que producen gran parte de los alimentos que se consumen en áreas urbanas y protegen la biodiversidad y el medioambiente. Sin embargo, el empobrecimiento estructural al que se ven sometidas las zonas rurales, con un abandono claro y visible por parte de las instituciones públicas, afecta incluso más a las mujeres por el hecho de serlo, en lo que muchas teóricas feministas han denominado como el fenómeno de la feminización de la pobreza. Esto se traduce en que estas mujeres se encuentran en una situación más vulnerable que las que viven en las zonas urbanas, por motivos como, por ejemplo, el trabajo no remunerado de la tierra y las amplias dificultades en el acceso a la educación y la sanidad.

La violencia contra las mujeres es una problemática social, declarada de salud pública, y que se conforma de una gran multitud de factores que culminan en la violencia física e, incluso, el asesinato. Nuestro objetivo con este artículo es analizar algunos de estos factores en la región del Cusco y, en concreto, en las comunidades rurales en las que hemos tenido ocasión de trabajar durante nuestra estancia en el Centro Educativo Guaman Poma de Ayala.

  • AUTONOMÍA ECONÓMICA Y MANEJO DEL TIEMPO

La autonomía económica es un factor crucial cuando hablamos de violencia contra las mujeres, y especialmente cuando esta violencia se da en la pareja o en la unidad familiar. Las mujeres que son independientes económicamente de sus parejas corren un menor riesgo de sufrir violencia (Heise y Kotsadam, 2015). Por lo tanto, la independencia económica es una de las claves para hacer frente a esta problemática.

Gráfico 1: Comparativa del porcentaje de personas sin ingresos entre el departamento de Cusco y la media nacional. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional de Hogares en el año 2018. Gráficos de elaboración propia.

Gráfico 1: Comparativa del porcentaje de personas sin ingresos entre el departamento de Cusco y la media nacional. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional de Hogares en el año 2018. Gráficos de elaboración propia.

Como podemos observar en los gráficos anteriores, las mujeres sin ingresos suponen un porcentaje notablemente mayor a los hombres en la misma situación, tanto en el departamento del Cusco como en el país entero. Lo que estas cifras afirman a un nivel más amplio es un hecho que ya habíamos observado en nuestra práctica profesional: mujeres de comunidades como Pacramayo, Ccolcayqui, Occopata o Huaccoto, cuyo único ingreso en la unidad familiar es el que aportan sus maridos o parejas. Mujeres que no ven reconocido su trabajo de cuidados, y que, según datos del INEI (2017), dedican semanalmente 9 horas y 15 minutos más que los hombres a este tipo de trabajos no remunerados, pero esenciales para la sostenibilidad de la vida y de la comunidad.

Este trabajo de cuidados no remunerado ni reconocido implica una ausencia de tiempo para realizar actividades profesionales, formativas o, simplemente, de ocio y tiempo libre. Los talleres sobre corresponsabilidad en los cuidados que pudimos realizar con miembros de las Juntas Administradoras de Agua y Saneamiento (JASS) de las diferentes comunidades donde actúa Guaman Poma de Ayala nos constataron esta realidad: los hombres reconocen dedicar mucho menos tiempo diariamente a estas tareas, y afirman que su trabajo está fuera de casa.

Tabla 1: Promedio de horas a la semana que dedican mujeres y hombres a actividades diarias. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, 2010. Tabla de elaboración propia.

Tabla 1: Promedio de horas a la semana que dedican mujeres y hombres a actividades diarias. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, 2010. Tabla de elaboración propia.

La equidad en el uso del ocio y el tiempo libre no se puede alcanzar de un día para otro, por eso es tan importante seguir incidiendo en la valorización del trabajo doméstico, al tiempo que animamos a las mujeres a realizar trabajos remunerados fuera del hogar. En nuestro trabajo diario con ellas, hemos presenciado que muchas veces estas mujeres están lo suficientemente capacitadas, sin embargo, les falta confianza en sí mismas y en sus habilidades. En este sentido, es importante continuar realizando un trabajo para impulsar procesos de empoderamiento femenino, a la vez que se incide en la presencia de los hombres en los talleres sobre la prevención de la violencia de género y el sexismo. Una mujer de la comunidad de Huaccoto nos dijo una vez: “estos talleres están muy bien, pero tienen que venir nuestros maridos”. Todo el equipo compartíamos esta afirmación, y trabajábamos para facilitar la presencia igualitaria de hombres y mujeres mediante el análisis de las actividades bajo la perspectiva de género.

  • ACCESO A LA EDUCACIÓN

Gráfico 2: Tasa de analfabetismo en el departamento de Cusco versus la media nacional en el año 2018. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional Hogares, año 2018. Gráfico de elaboración propia.

Gráfico 2: Tasa de analfabetismo en el departamento de Cusco versus la media nacional en el año 2018. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional Hogares, año 2018. Gráfico de elaboración propia.

El escaso acceso a la educación no es sólo una vulneración de los derechos de las mujeres adultas, también afecta a las niñas y las adolescentes. Como podemos observar en el gráfico anterior, la tasa de analfabetismo en el departamento del Cusco es notablemente mayor a la media nacional. En las comunidades rurales del departamento, es común ver aulas con tan sólo una o dos niñas; el resto, trabajan la tierra o con los animales. Este hecho limita notablemente el desarrollo de las mujeres en todos los aspectos: económico, social, psicológico… Una niña que no va a la escuela tendrá menos oportunidades de acceder a un buen trabajo, y, por tanto, de ser independiente económicamente.

El siguiente gráfico apoya lo comentado anteriormente; en Perú son más las mujeres que no llegan a completar los estudios secundarios, siendo la situación incluso peor en departamentos rurales como el Cusco.

Gráfico 3: Porcentaje de mujeres y hombres de 17 a más años de edad con al menos secundaria completa en el año 2018. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional Hogares, año 2018. Gráfico de elaboración propia.

Gráfico 3: Porcentaje de mujeres y hombres de 17 a más años de edad con al menos secundaria completa en el año 2018. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional Hogares, año 2018. Gráfico de elaboración propia.

Hay varios tratados internacionales que reclaman un acceso igualitario a la educación, desde los Derechos Humanos hasta la Declaración de los Derechos del Niño. Si luchamos por el empoderamiento de las mujeres y la no discriminación por razón de sexo, hay que enfocar la mirada en el acceso a la educación de las niñas, y más aún en el caso de las niñas que viven en zonas rurales, aisladas, donde la educación es una clave fundamental para el progreso.

Imagen 1: Alumnas realizando una tarea en la escuela de una de las comunidades campesinas del Cusco, donde trabaja el Centro Guaman Poma de Ayala. Autoría: Teresa Ruiz Fernández

Imagen 1: Alumnas realizando una tarea en la escuela de una de las comunidades campesinas del Cusco, donde trabaja el Centro Guaman Poma de Ayala. Autoría: Teresa Ruiz Fernández

  • ACCESO A LA SANIDAD

El acceso a la sanidad por parte de las mujeres rurales es bastante más complicado que aquellas que viven en las áreas urbanas y periurbanas. En el caso de las comunidades campesinas del valle de Cusco, las mujeres no acostumbran a acudir a especialistas sanitarios de forma regular, ni tampoco cuando sufren algún tipo de molestia.

Gráfico 4: Personas que reportaron padecer algún problema de salud crónico en el departamento de Cusco en el año 2018. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional Hogares, año 2018. Gráfico de elaboración propia.

Gráfico 4: Personas que reportaron padecer algún problema de salud crónico en el departamento de Cusco en el año 2018. Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú – Encuesta Nacional Hogares, año 2018. Gráfico de elaboración propia.

La razón principal de que las mujeres rurales no accedan al sistema de salud público es la mala accesibilidad que hay entre las comunidades y la zona urbana. Muchas de éstas áreas rurales se encuentran en lugares recónditos y rodeados por montañas, lo que dificulta aún más su acceso. Las carreteras no suelen estar asfaltadas, por lo que no puede llegar cualquier coche y lo más común es desplazarse a pie o, los más afortunados, ayudarse de animales como el burro o el caballo. En las comunidades más intransitables, ni siquiera las ambulancias pueden prestar servicio.

Entre las dolencias más comunes de la mujer rural, prevalecen las enfermedades respiratorias, asociadas al humo de las cocinas de leña que acostumbran a tener en sus hogares.

  • CONCLUSIONES

La violencia hacia las mujeres, como hemos visto anteriormente, se conjuga en muchos aspectos, concluyendo en una serie de problemáticas y discriminaciones específicas por el hecho de ser mujeres, que se conforman en intersecciones con su condición étnica o su comunidad de procedencia. Esta violencia está determinada por factores como los que hemos analizado previamente: la autonomía económica y el manejo del tiempo, la invisibilización del trabajo de cuidados que llevan a cabo fundamentalmente las mujeres, el acceso a la educación o el acceso a la sanidad.

De nuestra estancia en terreno nos llevamos muchas vivencias y aprendizajes; uno de ellos es la importancia de analizar las realidades sociales en su totalidad y complejidad. Un trabajo que pretenda ser eficaz contra la violencia machista, que tiene múltiples formas, requiere incidir en aspectos como la autonomía económica o el acceso a los derechos sociales básicos para toda la población en condiciones de igualdad por razón de género, edad o etnia. Y si algo hemos aprendido, es que este trabajo contra el sistema patriarcal es condición indispensable si realmente pretendemos alcanzar un desarrollo humano y sostenible.

  • BIBLIOGRAFÍA

  • Observatorio Nacional de Violencia Contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar. (2019). “Mujeres rurales en el Perú: población vulnerable a la violencia”. Perú.

  • Heise, Lori; Kotsadam, Andreas (2015). Cross-national and multilevel correlates of partner violence: an analysis of data from population-based surveys. Lancet Global Health, 3, e332-e340.

  • Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Perú.

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