Sofia Alorda Fernández
Mi estancia en Senegal ha hecho que me dé cuenta de que no sabemos nada de un continente tan inmenso como es África. No sabemos nada de su historia, de sus miles de culturas, de sus lenguas, de sus alimentos, de su clima, de sus paisajes, de sus idiomas… No sabemos nada, tenemos un imaginario que no tiene en cuenta las particularidades de cada país, de cada región, de cada etnia.
África es la gran desconocida, los medios no hablan de nada de lo que allí ocurre y cuando estudiamos en la escuela o en la universidad, no nos enseñan la historia de esos países. Pero lo que considero más grave, es que no se habla ni se mencionan las atrocidades que hemos cometido los países del norte a lo largo de la historia en los países africanos. ¿Cómo vamos a ser conscientes de las repercusiones que tiene nuestra forma de vida en el sur global si no conocemos qué está pasando allí?
Fotografía 1: En nuestra visita a las islas Karone, tuvimos el privilegio de ver este precioso baobab, el símbolo nacional de Senegal.
La colonización francesa y el franco CFA
En el 55 aniversario de la independencia de Chad, el presidente Idriss Deby declaró: "Debemos tener el coraje de decir que hay un cordón que impide el desarrollo en África que debe ser cortado". El “cordón” al que se refería ahora tiene casi 80 años, y es conocido con el acrónimo de franco CFA. El franco CFA (originalmente, Franco de las Colonias Francesas de África) es una moneda creada por Francia el 25 de diciembre de 1945, el día en que ratificó los acuerdos de Breton Woods. Esta moneda es actualmente utilizada en 15 estados de África del oeste y África central, entre los que se incluye Senegal.
Durante los años 50 y 60, en período de descolonización, Francia invitó a las colonias francesas de África a asumir su independencia. No obstante, para que ello ocurriera, el gobierno francés instó a los países africanos a firmar un “Pacto para continuar con la colonización”, para devolver al país europeo su supuesta inversión en infraestructuras durante el periodo colonial. En ese pacto, se acordó introducir el franco CFA, mantener las escuelas francesas y el francés como lengua oficial de sus países y el sistema militar francés. El documento también dota a Francia el derecho de prioridad sobre los recursos naturales y la prioridad en la adjudicación de contratos de antiguas colonias.
Este pacto, también obligaba y sigue obligando a las antiguas colonias francesas a almacenar el 85% de sus reservas en divisas en el Banco de Francia, en París. Eso quiere decir, que los países afectados no tienen acceso a esta mayor parte de sus reservas y tienen que intentar cubrir sus necesidades con el 15% restante. Como el 15% no es suficiente para mantener el bienestar de sus Estados, estos países se ven obligados a pedir préstamos al Estado francés a precio de mercado. Esto hace que los países que aún siguen siendo parte de la zona franco, perdiendo su soberanía monetaria, vivan endeudados y esclavizados económicamente por Francia. El “Pacto para continuar con la colonización” hacía, y sigue haciendo, que los activos en el ámbito del abastecimiento, las finanzas, el transporte, la energía y la agricultura caigan en manos de sociedades francesas.
La teoría del cordón de Idriss Deby cobra sentido cuando el mismo expresidente de Francia, Jacques Chirac, declara que su Estado acapara anualmente 440.000 millones de euros cada año a través de los impuestos del franco CFA. Es decir, se puede afirmar que Francia sigue dependiendo de los ingresos de sus antiguas colonias africanas.
Foto 2: Mapa de la zona CFA. Fuente: elmagacin.com
Y muchas de vosotras os preguntareis, ¿por qué los países no salen de la zona franco y crean su propia moneda? ¿por qué no se niegan a pagar la “deuda colonial? Bueno, si un líder de la zona CFA deja de cumplir con las exigencias francesas, París bloquea su reserva de divisas y cierra los bancos del país considerándolos “rebeldes”. Y si el gobierno de un país se niega a pagar la “deuda colonial”, es muy probable que sus dirigentes sean amenazados de muerte o con derrocar sus gobiernos. Un ejemplo claro es el del primer presidente de Togo, Sylvanus Olympio, que al negarse a firmar el “Pacto por la continuidad de la colonización” y al decidir suprimir el franco CFA, fue misteriosamente asesinado y sustituido por un gobierno totalitario a la merced de las órdenes francesas.
Es curioso que el país cuyo lema oficial es “libertad, igualdad y fraternidad”, no solo ha conquistado, colonizado y explotado grandes territorios y a sus pueblos, sino que después de su independencia, Francia sigue esclavizando económicamente a los países que fueron colonizados por ellos.
La (neo) colonización en Senegal
Senegal, siendo uno de los países que formaban parte de las colonias francesa y estando dentro de la zona franco, no se queda libre de las consecuencias de la usurpación de recursos por parte del país europeo. No obstante, actualmente hay ciertas relaciones extrañas entre Senegal y China y Corea del Norte que hacen pensar en una nueva forma de colonialismo.
En tiempos de colonia francesa, la isla de Gorée y otros muchos puertos de la costa senegalesa fueron los principales puertos de las potencias europeas dedicados al comercio de los esclavos en África occidental. Sin embargo, los países europeos no han sido los únicos que han llevado a cabo prácticas colonialistas en África. Actualmente, desde mi punto de vista, países como China y Corea del Norte tienen, unas misteriosas relaciones internacionales con diversos países africanos.
Foto 3: Una casa de esclavos de la isla de Gorée, el mayor puerto de comercio de esclavos de toda la historia. Se calcula que desde esta isla salieron unos 20 millones de personas rumbo a las plantaciones de Latinoamérica.
En 2018, China anunció un ambicioso paquete de inversión para el continente (parecido al Plan Marshall), dotado con 60.000 millones de dólares en tres años en forma de préstamos sin intereses. Además, el país asiático fomentó la participación de forma directa de muchas empresas chinas en territorio africano. Pero lo que podría parecer una intención de ayuda y cooperación ha acabado en una situación de dependencia. Como escribe el analista nigeriano, Inwalomhe Donald, “el 40% de los países de África subsahariana tienen ya un alto riesgo de endeudamiento alto, y, al tener tanta deuda concentrada en las manos de un solo acreedor dependen peligrosamente del proveedor”. ¿Se podría tratar de un tipo de neocolonialismo económico? ¿Cómo va a afectar la deuda excesiva en la soberanía misma de los países?
Por su parte, una empresa de Corea del Norte, entre 2008 y 2010, financió y construyó el Monumento y con 50 metros de altura. El monumento simboliza triunfo de la liberación africana frente a siglos de colonización.
Foto 4: Puerto de Kafountine. Aunque es muy difícil encontrar información en las redes, en nuestra estancia vimos muchísimos buques y camiones chinos y norcoreanos operando en los puertos de pesca de Kafountine. A mi parecer, es una muestra clara del acaparamiento de recursos propios de las prácticas colonialistas.
En nuestra estancia, también hemos podido ver como personas europeas siguen realizando prácticas colonialistas como la compra de terrenos para hacer negocios turísticos, mayoritariamente alojamientos. No sería tan grave si este tipo de negocios acabara creando trabajo de calidad para la población local, acorde con los precios que ofertan. Desafortunadamente, hemos vivido de cerca como personas europeas explotan laboralmente a las personas locales, haciéndoles trabajar muchísimas horas extra sin remunerar, privándolas de su único día libre de la semana, pagando sueldos de miseria y creando una situación de dependencia económica. Incluso hemos visto casos donde se aprovecha para hacer maltrato psicológico y control de la vida de las personas trabajadoras por parte del “terrateniente” europeo.
El país de la teranga no entiende de rencor
Aún habiendo sufrido múltiples y repetidos abusos por parte de las personas blancas, las personas locales no entienden de rencor. Desde el primer día que llegamos a Senegal todo el mundo nos recibió con los brazos abiertos. Realmente vivimos la teranga, la gran hospitalidad con la que la población senegalesa acoge a sus invitadas.
Las risas, las largas charlas (aunque hubiera una -importante- barrera idiomática), los paseos, los días y las noches aprendiendo a tocar el djembeh mientras nos enseñan a bailar sus imposibles pasos de baile, las riquísimas comidas que nos preparaban, los baños en la playa, las tardes comiendo fruta y bebiendo te de ataya, las excursiones en moto (¡yendo 3 personas en la diakarta!) o en el maletero de un coche, los partidos de fútbol, las reggae parties de Abéne…
Fotografía 5: En “nuestra” casa de la playa, compartiendo un rico Thieb en familia, ¡con versión vegana incluida!
Creo que ni yo, ni ninguna de mis compañeras nos esperábamos esta hospitalidad. De hecho, me atrevo a afirmar que ninguna persona que no haya tenido la oportunidad de visitar este país subsahariano se puede imaginar de lo que hablo. Nunca nos habían cuidado tan bien. La forma en que comparten y se cuidan entre ellas es algo realmente admirable, tienen un sentimiento de comunidad que las sociedades individualistas del norte global hemos olvidado por completo. De esta experiencia prometo llevarme Senegal, Casamance, Diannah y todas las personas que nos acogieron, en el fondo de mi corazón, para toda la vida. Abaraka bake ña famiyo. Leggi leggi, ¡inshallah!
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